Escena de Los Dos Papas | Foto: Facebook The Two Popes
Las puertas de la basílica papal de San Pedro abren paso a un mundo que, para los que solo la hemos admirado desde lejos, parecía un lugar místico e inalcanzable. En su película “Los dos Papas” (disponible en Netflix), Fernando Meirelles nos regala un paseo por los majestuosos pasillos del templo católico, armonizado con una historia (o varias historias) que descubre el lado más íntimo del Papa Francisco y el Papa Benedicto XVI.
Es una película política que, debido a las casualidades y tensiones propias del mundo secular, cuestiona al "grupo" cristiano más grande del mundo, pidiéndole que se reconcilie o se arriesgue a perder sus almas.
Mientras se reúnen, las espinosas diferencias del Papa Francisco y el Papa Benedicto chocan sutilmente. Jonathan Pryce interpreta a Bergoglio como un hombre jovial y amable que viene de un lugar donde el tango y el fútbol son requisitos y actividades obligatorias. Es un hombre del pueblo capaz de silbar una canción de ABBA sin dejar de ser franco en su lucha contra la pobreza y la atrocidad que ha acosado a su nación en diferentes puntos de su historia.
Anthony Hopkins interpreta al Papa Benedicto XVI con una evidente indignación. Él ve a Bergoglio como un “vendedor”; uno con duras críticas a las tradiciones. A medida que se presentan sus antecedentes, “Los dos Papas” se convierte en una película biográfica, con comentarios y flashbacks que documentan la tumultuosa situación de un Bergoglio más joven, interpretado de manera impecable por el actor argentino Juan Minujín. Su actuación es capaz de borrar las impresiones erróneas de Benedicto y define el hombre prudente y sin pretensiones que se convertiría en el Papa Francisco que hoy está sentado el la gran silla.
Para terminar, la fuerza resonante de esta película será su llamado a la reflexión. Los personajes hablan de la necesidad de “blow the ash away (soplar las cenizas)” ya que la fuerza de la Iglesia Católica se ve desafiada por los tiempos cambiantes. Además, Bergolio y Benedicto lamentan que "lo más difícil es escuchar la voz de Dios" la cual debería traer paz y no culpa. La película también dice claramente: "la verdad sin amor es insoportable”.
Todos estos conceptos nos ayudan a reconocer que la posición papal es compleja y que, al parecer, el hombre adecuado para ejercerla ha asumido el desafío.
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