El expresidente Leonel Fernández rechazó ayer martes que República Dominicana sea un país "racista" y que practique la "xenofobia" y se ejerza la "apatridia".
Fernández se expresó en esos términos en un discurso por televisión y redes sociales en el que su mayor contenido fue para criticar al Gobierno del presidente Luis Abinader.
"Nada de eso es cierto. Son falacias que se divulgan con la finalidad de imponernos la obligación de recibir en nuestro territorio, a víctimas de delitos transnacionales organizados, a migrantes irregulares o a refugiados, sin tener nosotros las posibilidades para ello, y a riesgo de poner en peligro nuestra propia supervivencia como pueblo", dijo el exmandatario.
En ese orden, dijo que los dominicanos deben impedir que eso ocurra y planteó que en ese tipo de situación "es donde todos los dominicanos tenemos que coincidir y construir consenso, independientemente de las ideologías, creencias y orientación política partidista".
Fernández, quien ha gobernado el país durante tres cuatrienios, precisó que "tenemos la particularidad de que somos una isla con dos naciones".
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"Una, devastada por los estragos del colonialismo, la esclavitud y las dictaduras, que es el caso de nuestro vecino país de Haití, y el otro, que somos nosotros, a pesar de momentos tenebrosos en nuestro discurrir histórico, ha sabido levantarse, y con el paso de los años, ha sabido construir una nación, que aún con precariedades y carencias, exhibe espacios de modernidad y de progreso", apostilló.
Dijo, a seguidas, que "en momentos de desgracias y tribulaciones para nuestros vecinos, hemos mostrado siempre el mejor rostro de la dominicanidad: el de la generosidad, el de la bondad, y el de la solidaridad".
Calificó a Haití de un Estado "colapsado", donde ha desaparecido el orden y la autoridad para dar paso a la anarquía y el crimen.
"En la República Dominicana, como se haría en cualquier nación del mundo, se toman las medidas de seguridad para proteger a sus ciudadanos", dijo Fernández.
"Eso es lo que pretendemos hacer en nuestro país, y es algo que debe comprender la comunidad internacional, tanto a nivel interamericano, como a escala global", refirió.
En República Dominicana residen centenares de miles de haitianos, la mayoría de ellos en condición migratoria irregular.
El Gobierno de Abinader ha reiterado que "nunca" la solución a los problemas haitianos tendrá solución dominicana.
Haití atraviesa una severa crisis en prácticamente todos los órdenes, con el recrudecimiento de la estos días a causa de la reanudación de la guerra entre bandas armadas que luchan por controlar el territorio de un país sumido en el caos y donde los asesinatos, los secuestros y las violaciones se han convertido en algo habitual.
Unos 1.500 desplazados han instalado un nuevo campamento de refugiados en Post Marchands, a pocos kilómetros del Palacio Nacional en Puerto Príncipe, no lejos de los distritos en guerra, y allí viven en condiciones infrahumanas.