Por Alex Segura Lozano
Cientos de personas rechazaron este sábado el movimiento de la supremacía blanca y el odio contra la comunidad latina en una protesta organizada en la ciudad fronteriza de El Paso (Texas, EE.UU.), escenario hace una semana de un tiroteo que acabó con la vida de 22 personas y dejó a otras 24 heridas.
"Es un momento muy trágico y emocionante para nosotros aquí en Estados Unidos y en El Paso. El racismo, la supremacía blanca y el fanatismo no tienen cabida en nuestras comunidades. ¡Ya basta!", exclamó Domingo García, presidente de La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), tras la manifestación.
Este grupo, que es la organización hispana más antigua del país, fue el encargado de organizar en El Paso la manifestación "Marcha por unos Estados Unidos unidos", a la que asistieron unas 400 personas, según informó LULAC a Efe.
La protesta llegó un día después de que se diera a conocer que el autor del tiroteo en El Paso, fronteriza con México, confesó a la Policía cuando fue detenido que su objetivo era matar a "mexicanos".
El supuesto responsable del ataque, Patrick Crusius, de 21 años, dijo a la Policía que él fue quien abrió fuego contra una multitud en una tienda Walmart de El Paso a la que suelen acudir a comprar muchos ciudadanos mexicanos que cruzan el linde.
Crusius condujo casi diez horas -desde la ciudad de Allen hasta El Paso- para cometer la matanza en ese supermercado y supuestamente publicó un manifiesto en internet en el que aseguró que el ataque era una "respuesta a la invasión hispana de Texas".
"LULAC considera el tiroteo un ataque terrorista doméstico contra los latinos y culpa al presidente Donald Trump por alimentar deliberadamente a la violencia de la supremacía blanca y antiinmigrante", apuntó la organización en un comunicado.
A la protesta se sumaron otros grupos latinos y políticos, como uno de los candidatos demócratas a la Presidencia de Estados Unidos, Beto O’Rourke, nacido en El Paso.
O’Rourke, que calificó hoy el tiroteo de "acto de terror violento y racista", celebró que la comunidad se haya mantenido "unida" después del ataque sufrido el pasado sábado.
"Todos nosotros hemos decidido levantarnos y demostrar al mundo quiénes somos y que el odio no tiene cabida aquí", sostuvo en una breve intervención posterior a la protesta por las calles de la ciudad.
O’Rourke también subrayó la hermandad existente entre El Paso y la ciudad al otro lado del Río Bravo, la mexicana Ciudad Juárez, y sus tres millones de ciudadanos en total.
Otro de los asistentes a la manifestación fue el senador estatal de Texas José Rodríguez, que también lamentó el tiroteo y explicó que ya está trabajando para presentar medidas legislativas en el Congreso de su estado para endurecer el acceso a las armas y castigar "aún más" el racismo y la supremacía blanca.
"Estamos aquí para honrar la memoria de los fallecidos, para dar fuerza a los heridos que aún están en los hospitales y sus familiares, pero también para denunciar que esto no puede volver a suceder", señaló Rodríguez en la rueda de prensa retransmitida por LULAC.
Las autoridades federales han descrito el ataque de Crusius como un delito de terrorismo doméstico y han dicho que están evaluando imputarlo con delitos de odio, lo que sumado a los cargos de asesinato podría hacer que se enfrente a la pena de muerte.
De los 22 fallecidos en el tiroteo, 8 eran ciudadanos mexicanos y, por eso, el canciller de México, Marcelo Ebrard, ha dicho que está estudiando pedir la extradición del acusado.
Para abordar este y otros asuntos, el próximo martes se celebrará una reunión en Ciudad de México entre autoridades de alto nivel de los dos países, informó este jueves el Gobierno mexicano.