Por Anja Brandt
Los selfies en los que se embellece el aspecto del rostro y que inundan las redes sociales pueden generar inseguridad entre los seres humanos e incluso desatar una alteración de la percepción del propio cuerpo, alertan doctores estadounidenses en un reciente informe de la Universidad de Boston.
El informe de los expertos de la Escuela de Medicina de la universidad señala en la revista "JAMA Facial Plastic Surgery" que la percepción de la belleza se está transformando a nivel mundial porque hoy en día cualquiera puede retocar sus fotografías hechas con el smartphone con aplicaciones que mejoran el resultado.
Estas aplicaciones hacen que la piel se vea más bonita, los colores del rostro o de los ojos más brillantes y los dientes más blancos, una manipulación que antes solo se veía en las imágenes publicitarias.
"Los selfies editados pueden hacer que las personas pierdan la conexión con la realidad", afirma la investigadora Neelam Vashi en un comunicado de su universidad. "Las fotos generan la expectativa de que debemos vernos siempre perfectos".
El análisis se basa en una encuesta hecha entre cirujanos plásticos de todo el mundo que señala que un 55 por ciento recibieron pacientes que les piden una operación para verse mejor en las selfies. En 2015 esta cifra era del 42 por ciento. Según declaran los pacientes, ya no aspiran a parecerse a las estrellas, como ocurría en el pasado, sino que quieren ser como las versiones editadas de sí mismos, con labios más gruesos, ojos más grandes o una nariz más fina.
Vashi y sus compañeros escriben que estas fotos retocadas omnipresentes pueden afectar la autoestima de muchas personas e incluso derivar en un trastorno llamado dismorfia corporal, en el cual los afectados se pasan horas ocupados por un defecto físico que no existe o bien no es tan grave como ellos perciben. Como consecuencia estas personas se retraen de la vida social o laboral.
El director de la sección de Psiquiatría Biológica de la Clínica Universitaria de Friburgo, Thomas Schläpfer, explica que este problema de autopercepción no es nuevo, pero que "debido al aumento en el uso del celular el cuadro médico se vuelve más visible".
No existe una cifra clara de las personas afectadas, señala Schläpfer, pero en su opinión es elevada. "O bien los afectados no van al médico o entran dentro de la categoría de la depresión". Hay pocos doctores que sepan reconocer este tipo de problema y diagnosticarlo, por lo que opina que los especialistas de la salud deberían recibir más información al respecto.
Como consecuencia de la falta de conocimientos, los pacientes no reciben el tratamiento adecuado, añade Schläpfer. Se trata de un problema que se puede abordar bien con psicoterapia, a menudo en combinación con medicamentos, algo que también recomienda el estudio de Vashi y colegas. Por el contrario, una operación estética podría incluso empeorar el tema de la dismorfia corporal.