António Guterres | Foto: EFE Jason Szenes
El secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró ayer jueves que confía en un "reinicio" de las relaciones entre China y Estados Unidos y urgió a las dos potencias a trabajar en áreas donde pueden entenderse, como la lucha contra el cambio climático.
El diplomático portugués, que lleva tiempo advirtiendo sobre la creciente fractura entre Pekín y Washington, se expresó así preguntado durante una conferencia de prensa en la sede de la organización.
Aunque espera ver cambios en la relación tras la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden, Guterres admitió que es difícil que haya cooperación entre los dos países en algunos ámbitos, empezando por el de los derechos humanos.
"Está claro que en derechos humanos hay dos visiones completamente diferentes y está claro que en derechos humanos no hay sitio para un acuerdo o una visión común", señaló.
Mientras, destacó el cambio climático como el área en que las dos superpotencias pueden entenderse y lograr avances, animando a ambos a trabajar junto al resto de la comunidad internacional para avanzar de forma importante este año.
"Creo que hay motivos para esperar que los dos países estarán muy involucrados en la preparación de la COP26 (la cumbre del clima que se celebrará a final de año en Glasgow, Escocia) y en avanzar hacia la neutralidad del carbono", señaló Guterres.
El secretario general de Naciones Unidas señaló al mismo tiempo que en el ámbito del comercio y la tecnología puede haber competición o cooperación y aseguró que la ONU trabajará para que se imponga la cooperación y se pueda garantizar que haya una sola economía y una sola internet para todo el mundo, en lugar de dos sistemas paralelos.
Las relaciones entre China y EE.UU. sufrieron mucho durante la Administración de Donald Trump, pero por ahora está por ver qué cambio se producirá de la mano de Biden.
Por lo pronto, la elegida por el nuevo presidente como su embajadora ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, aseguró el miércoles ante el Senado que Pekín está intentando imponer una agenda "autoritaria" en el seno de Naciones Unidas.
