Por: Isaac J. Martín
El asesinato del poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní a manos de Estados Unidos reforzará la voluntad de Teherán de permanecer en Siria apoyando a su aliado, el presidente Bachar al Asad, para responder a posibles ataques de Washington, según analistas.
Precisamente, cuando Soleimaní fue blanco de un bombardeo selectivo estadounidense el viernes de madrugada en Bagdad acababa de llegar de Damasco, a cuyas fuerzas Teherán apoya con asesores militares y combatientes.
El general era el encargado de las operaciones fuera de Irán de los Guardianes de la Revolución, por lo que era habitual su presencia tanto en Irak como en Siria para supervisar a las milicias respaldadas chiíes en ambos países.
OBJETIVOS IRANÍES EN SIRIA
"Las tensiones con EE.UU. refuerzan la voluntad de Irán de estar presente en la región para poder responder a eventuales ataques americanos", afirma a Efe el investigador francés Thierry Coville, del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicos (IRIS) y especialista en Irán.
El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró que tiene identificados 52 objetivos de Irán para responder "muy rápido" y "muy fuerte" a las eventuales represalias de Teherán por la muerte de Soleimaní.
Washington ha lanzado en varias ocasiones ataques contra posiciones de las milicias iraníes en Siria, sobre todo en torno a Al Bukamal, situado en la frontera iraquí y usado por los iraníes para moverse entre Irak y Siria fácilmente.
Pero ha sido Israel -aliado de EE.UU. y archienemigo de Irán- quien ha atacado frecuentemente a las milicias iraníes en el país árabe, causando numerosas bajas en sus filas.
"Soleimaní tenía un rol importante junto Al Asad. Su papel era central en la capacidad de organizar las milicias chiíes que han ayudado al Gobierno sirio a ganar la guerra", aseveró Coville, en alusión a la captura de Alepo en 2016, punto de inflexión en el conflicto que estalló en 2011 y en el que el Ejército sirio no siempre ha estado en una posición de fuerza.
LA POLÍTICA DE TEHERÁN EN SIRIA
La desaparición de Soleimaní "no va a afectar a la política de Irán en Siria a nivel estratégico, pero la implementación de políticas a nivel operativo, que depende en cierta medida de las redes y conexiones informales, podría verse interrumpida a corto plazo hasta que el nuevo comandante se haga con el papel", apuntó a Efe Maysam Behravesh.
El antiguo analista de Inteligencia y asesor político en Irán se refiere a Esmail Qaaní, que ha sido designado como el nuevo jefe de la Fuerza Quds del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica sustituyendo a Soleimaní.
La Administración de Trump ha defendido que la eliminación de Soleimaní buscaba impedir un "ataque inminente", que habría puesto en peligro la vida de militares y diplomáticos de EE.UU. en Oriente Medio, región en la que están desplegados entre 60.000 y 70.000 soldados estadounidenses.
Ese supuesto ataque se habría estado forjando desde Siria, entre otros países, aunque no se conocen más detalles sobre su naturaleza ni los posibles blancos.
SIN CAMBIOS EN LA OFENSIVA DE IDLIB
En opinión del investigador iraquí Aymenn Jawad Al Tamimi, quien está en contacto con grupos armados sirios que trabajan con los Guardianes de la Revolución en Siria, Soleimaní desempeñó un "papel clave en batallas como la de Al Bukamal, en 2017, pero no ha sido el único oficial" iraní implicado en esos combates.
Aclaró que las identidades de los oficiales iraníes que se organizan y coordinan con el Ejército sirio para las ofensivas suelen permanecer ocultas, ya que se llaman por apodos como Al Hajj Ashgar, "figura importante" en la actual ofensiva de Idlib.
En esta región del noroeste de Siria y considerada el último bastión opositor del país, las tropas gubernamentales con el apoyo de Rusia e Irán desarrollan una ofensiva para recuperar los territorios en manos a las facciones opositoras, entre las que destaca la exfilial siria de Al Qaeda.
Los tres analistas consultados consideran que la muerte de Soleimaní no va a afectar a la campaña militar que se reactivó el pasado diciembre y en el marco de la cual las fuerzas de Al Asad realizan a diario ataques aéreos y de artillería contra territorio rebelde.
Según Colville, "su muerte no cambia nada en la ofensiva de Idlib. Para los iraníes, esta ofensiva es importante ya que el Gobierno sirio debe recuperar el control de todo el territorio y expulsar de Siria a los grupos ligados al Frente al Nusra", tal y como se denominaba la filial siria de la red terrorista Al Qaeda.