Si buscamos el término “inclusión educativa” en nuestros documentos y currículos educativos oficiales emitidos por el Ministerio de Educación, encontraremos esta palabra repetida en multitud de ocasiones. Tanto en los objetivos más teóricos, como en las últimas implicaciones en el día a día de las escuelas. ¿Es casualidad?
Por supuesto que no. En el Informe a la Unesco de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI de principios de este siglo aconseja a todas las instituciones educativas acometer la diversidad de sus alumnos a partir de la inclusión.
Entendemos como inclusión un paso más de la integración en la que se integraban físicamente a todas las personas (sin importar su condición o necesidades) en el grupo, clase o escuela, pero no existían cambios significativos (a pesar de algunos apoyos específicos). En la inclusión se busca transformar el grupo, clase o escuela desde dentro, para que esa inclusión se produzca de manera natural y se necesiten menos cambios específicos o individuales, aunque deben seguir existiendo.
Los cambios deben ser a todos los niveles, algunos tan obvios y visibles a simple vista, como por ejemplo: señalizaciones (luminosas y acústicas) en el colegio, baños accesibles o rampas y elevadores.
Otras modificaciones o ajustes no son tan obvios, pero resultan igual o más importantes, como cambios metodológicos en el día a día de los maestros, tales como: presentar diferentes fuentes de recursos (orales, visuales, auditivos, teóricos, prácticos, vivenciales, etc) o una formación y acompañamiento pedagógico más significativo en los maestros sobre la diversidad de los alumnos que se van a encontrar y cómo responder a sus necesidades.
La desventaja es que estos últimos esfuerzos son menos visibles a nivel político, publicitario y promocional; además de que los resultados se dan a medio o largo plazo. Pero la realidad es esta: en la educación los cambios reales, profundos y significativos son procesos lentos que se dan de generación en generación. Y el de la inclusión educativa es otro de ellos.
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