Por: Guillermo García Ballescá
"Estuve pensando en apoyar a Elizabeth Warren, pero cambié mi voto porque creo que Joe Biden tiene más opciones de ganar a Trump", dice Melisa Dulska tras votar este supermartes en un instituto de McLean, una de las ciudades más acaudaladas del norte de Virginia.
Dulska, una abogada de 42 años, afirma que ha acudido a las urnas este supermartes, en el que 14 estados celebran sus primarias simulataneamente, porque considera que estos comicios son "muy importantes" para decidir el futuro del país.
Algo que no parecen compartir muchos de sus vecinos, pues dos horas después de la apertura de los centros en Virginia, esta mujer engrosaba una participación de apenas el 7 %, lo que anticipa que no se superará el 30 %, según explicaron a Efe algunos funcionarios electorales.
De hecho, lo único que reflejaba que hoy no era un día normal en este condado, donde en 2016 Hillary Clinton ganó por 200.000 votos, era la ausencia de estudiantes en el Instituto Langley.
Solamente un cartel propagandístico de Biden a la entrada del colegio recordaba que, a pesar de que los votantes llegaban en cuentagotas, allí se elegía un candidato demócrata capaz de batir al presidente del EE.UU., Donald Trump, en las elecciones de noviembre.
La capacidad de vencer al actual presidente republicano ha sido el criterio principal de Harrison Smith, un abogado de 62 años que luce un abrigo de plumas y tejanos, para escoger a su candidato favorito, Joe Biden.
"Lo más importante para mi es alguien que pueda acabar con Trump y que tenga políticas moderadas, por eso he votado a Biden", dijo.
Un criterio que parece compartir con muchos otros electores del acomodado condado de Langley, no muy lejos de Washington y en el que se encuentra la sede central de la CIA.
Aun así, en su caso esto no fue siempre así, pues Smith reconoce que "estuvo algo tentado" a votar al multimillonario Michael Bloomberg hasta la victoria del exvicepresidente en Carolina del Sur el posterior apoyo que recibió de la senadora Amy Klobuchar y del exalcalde Pete Buttigieg tras retirarse éstos de la contienda.
A unos quince kilómetros, en una escuela primaria de Falls Church (Virginia) la capacidad a priori de ganar el 3 de noviembre parece ser también el criterio de peso a la hora de orientar el voto.
Como en el caso de Rita Oliva, una emprendedora afroamericana de 34 años que decidió votar por Biden después de que su candidato favorito, Beto O’Rourke, se retirase de la carrera presidencial en noviembre.
Oliva asegura que "los demócratas deben acudir como un frente unido a las elecciones generales", aunque luego reconoce que no sabe si en noviembre votaría por el senador progresista Bernie Sanders, pues lo considera "un candidato horroroso".
Sanders, que se define como un socialista demócrata, encarna el ala más izquierdista entre los candidatos demócratas.
Y a diferencia de Langley, en este distrito de Fairfax, donde las casas son más pequeñas y los salarios más bajos, no es difícil encontrar votantes progresistas, como Laura Gold, una rubia de 30 años que es investigadora de un centro de cardiología.
"He votado a Bernie Sanders, sé que es un candidato más progresista, por lo que es algo más arriesgado contra Donald Trump, pero creo que Joe Biden no lo ha hecho muy bien en los debates y en las cosas que ha dicho", explicó Gold a Efe.
Preguntada por si teme que las políticas de izquierda del senador por Vermont compliquen la victoria de los demócratas sobre Trump, responde tajante: "Todos los candidatos van a tener alguna cosa que no va a gustar a los republicanos más conservadores, es solo cuestión de azar saber qué asunto supone el mayor riesgo para el partido Demócrata".