Protestas en Boston por muerte de George Floyd | Foto: EFE/EPA/CJ GUNTHER
Desde el asesinato de George Floyd en mayo de este año, las tensiones raciales en los EE. UU. no han mermado. Por el contrario, las protestas han ido en aumento después de que varios lamentables incidentes captados en cámara muestras a policías disparando, y, en casos, matando afroamericanos. El más reciente de estos hechos ocurrió en Wisconsin el pasado sábado cuando el oficial de la policía Rusten Sheskey le propino siete disparos (atinó 4) a Jacob Blake (joven afroamericano de 29 años), quien esta temporalmente paralítico.
Las protestas a este y otros sucesos no se hicieron esperar. En Wisconsin, se han desatado manifestaciones en las que, hasta ahora, han sido asesinadas dos personas. Además, un grupo de jugadores de la NBA boicotearon un juego de eliminatoria en la noche de ayer y, al parecer, están dispuestos a cancelar la temporada. Igualmente, después del homicidio de Rayshard Brooks (afroamericano) a manos de Garrett Rolfe (policía) en el autoservicio de un restaurante Wendy’s el pasado 12 de junio, manifestantes quemaron el restaurante al día siguiente.
En un artículo anterior, discutí los factores sociales, económicos y psicológicos que causan el trato inicuo que reciben los afroamericanos por parte de la policía en los EE. UU. En esta ocasión, me enfoco en las diferencias ideológicas que demócratas y republicanos tienen sobre este tema. Además, abordo las posibles consecuencias políticas de este fenómeno social. A poco más de dos meses de las elecciones presidenciales mucho está en juego para los seguidores de ambos partidos.
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Mientras los republicanos promueven la idea de “Ley y Orden”, los demócratas priorizan la justicia social con el eslogan “Sin justicia, no hay paz”. Esto muestra que la primera gran división entre estas dos organizaciones políticas y sus partidarios respecto a los incidentes mencionados yace en la opinión que tienen ambos bandos sobre las victimas y la forma en que algunas personas han decidido manifestarse.
Ambos partidos condenan los incidentes entre policías y afroamericanos. Sin embargo, al discutir el tema, los republicanos entienden que es importante añadir datos al contexto como los posibles antecedentes criminales de la víctima y las acciones de este previo al hecho. Por ejemplo, ya es bien sabido que George Floyd había sido condenado por ocho delitos y que al momento de su muerte había consumido drogas.
En el caso de Rayshard Brooks, tanto el video de seguridad de Wendy’s como las cámaras corporales de los oficiales revelan que Brooks se resistió al arresto, derribo a los dos oficiales, sustrajo la pistola eléctrica de uno de ellos y emprendió la huída. Aunque los republicanos no necesariamente justifican la actuación de los policías en esos casos, ellos entienden que el historial y la actuación de las víctimas debe ser tomado en consideración al debatir el tema.
Por otro lado, los demócratas consideran absolutamente irrelevante y en casos, hasta ofensivo, traer a colación el historial delictivo de las víctimas o sus acciones previo a su muerte. Para ellos, la discusión debe centrarse en el mal manejo que tuvieron los oficiales en esos casos y lo que la sociedad y los políticos deben hacer para evitar tragedias similares en el futuro.
La segunda gran diferencia es que los republicanos entienden que para demandar mejores practicas policiales, no hay que protestar de manera violenta ni sugerir el recorte de fondos para los departamentos de policía. Aunque los demócratas no apoyan la violencia que ha ocurrido en varias manifestaciones, ellos entienden que dichos actos están justificados por un estado que ha hecho caso omiso a manifestaciones pacificas como la del jugador de Football Americano Colin Kaepernick.
En mi opinión, hay argumentos sólidos en ambos lados. Aunque los oficiales que participaron en el arresto de Rayshard Brooks pudieron haberlo detenido sin matarlo, no podemos obviar que Brooks actuó de manera violenta resistiendo el arresto. Asimismo, las manifestaciones violentas no son ideales, pero se convierten en la única salida que encuentran algunos cuando los intentos por protestar pacíficamente son infructíferos.
Por otro lado, con la demanda por cortar el presupuesto de los cuerpos policiales, la política partidaria entra en escena. Aunque Joe Biden no ha sido claro en su posición sobre cortar fondos a los policías, el se ha presentado como el candidato que apoya las protestas y quiere un cambio. Así, votar por Biden es sinónimo de la justicia social y de reforma policial. Mientras que, votar por Donald Trump es votar en respaldo a los policías, es votar a favor de la ley y el orden.
Recordemos que, entre otros logros, la administración de Trump redujo la tasa impositiva para corporaciones y personas físicas, disminuyó la tasa de desempleo a niveles históricos de 3.5 % (previo a la pandemia) y ha adoptado medinas para hacer la migración legal e ilegal hacia EE. UU. más difícil (algo debatible pero que muchos de sus seguidores ven positivo). Al mismo tiempo, muchas personas han perdido su seguro de salud, su respuesta a la pandemia ha sido errática y su política exterior, especialmente su postura frente a China ha puesto en jaque a muchas compañías multinacionales.
Debido a que Biden plantea aumentar impuestos, expandir la cobertura del servicio nacional de salud y flexibilizar los procesos migratorios, muchos Republicanos que hoy están contentos con los cambios implementados por la administración Trump, temen ver estos logros desvanecerse frente a la posible victoria de Biden. Si bien los lamentables incidentes entre policías y afroamericanos y las subsiguientes protestas han motivado políticamente a demócratas y republicanos, cada partido tiene la responsabilidad de materializar esas emociones en votos el día de las elecciones.
