Por: Eduardo Davis
La derecha latinoamericana comienza a articularse bajo el paraguas del ultraderechista Jair Bolsonaro, presidente electo de Brasil, quien ha propuesto "consolidar" la lucha anticomunista a partir del 1 de enero, cuando asuma el poder.
El primer paso de lo que puede ser una alianza de la derecha para combatir al izquierdismo en la región fue dado en la llamada "Cumbre Conservadora de las Américas", organizada por Eduardo Bolsonaro, uno de los hijos del capitán de la reserva del Ejército que revolucionó la política brasileña.
Con apenas 34 años, el tercero de los cinco hijos de Bolsonaro reunió a representantes de los sectores más conservadores de América Latina en la ciudad brasileña de Foz de Iguaçu para lanzar las bases de una plataforma opuesta al Foro de Sao Paulo, que desde hace tres décadas agrupa a organizaciones de izquierda de la región.
Aunque no asistió, el presidente electo de Brasil envió un claro mensaje a esa conferencia y se comprometió a "consolidar" a nivel regional la "nueva línea" política que "nació" en los comicios de octubre pasado.
Bolsonaro pidió unidad para librar "una lucha amplia por la libertad, la democracia y el libre comercio", y aseguró que "todos" en América Latina conocen "las consecuencias de la izquierda", sobre las que añadió que "el ejemplo más claro es Cuba, y el país que mas se aproxima a esa realidad es Venezuela".
El fuerte contenido ideológico de la conferencia fue subrayado por algunos de los delegados de Argentina, Cuba, Chile, Colombia, Paraguay, Venezuela y el propio Brasil, que enfatizaron la necesidad de "desalojar" al llamado "marxismo cultural".
Uno de ellos fue el filósofo brasileño Olavo de Carvalho, uno de los mentores de Jair Bolsonaro, quien aseguró que la ultraderecha ha "conquistado" el poder en Brasil, "pero no la estructura cultural".
Afirmó que el siguiente paso en ese proceso debe ser "conquistar la universidades y el pensamiento", lograr la "hegemonía cultural" y a partir de ahí "acabar" también con la "dictadura mediática", que está "dominada" por la izquierda.
El tono de la conferencia también lo marcó el economista chileno Carlos Gómez, quien afirmó que "Latinoamérica tuvo dos revoluciones. Una comunista en Cuba, en 1959. Otra libertaria en Chile, en 1973. Y hoy Cuba es un país pobre y Chile hoy es un país prospero y libre".
De Chile llegó también el excandidato presidencial José Antonio Kast, cuarto en las elecciones de 2017 y, que así como Bolsonaro enaltece a la dictadura brasileña, reivindica los tiempos de Augusto Pinochet, quien en 1973 derrocó al socialista Salvador Allende.
Kast también mostró un poco la línea de este naciente movimiento al criticar al presidente chileno, el conservador Sebastián Piñera, de quien dijo que "está bien en lo económico", pero "no gobierna con valores morales", pues "hasta apoya la ideología de género".
En el rescate de las "costumbres" también incidió la senadora colombiana María Fernanda Cabal, del partido Centro Democrático, fundado por el expresidente Ávaro Uribe, quien instó a "combatir las perversidades" de la izquierda y promover los valores cristianos.
En ese punto, también coincidió el venezolano Roderick Navarro, del movimiento Rumbo Libertad, quien afirmó que "los socialistas" siembran "la muerte y la corrupción" y "amenazan las columnas de la civilización occidental", que son "la familia y la fe en Dios".
Algunos analistas han coincidido en que la victoria de la ultraderecha en Brasil pudiera tener reflejos regionales, sobre todo después del desgaste que han tenido los gobiernos de izquierdas que predominaron en América Latina durante los últimos quince años.
En opinión de Miguel Ángel Martín, presidente de la Corte Suprema de Venezuela paralela y en el exilio, "la esperanza ha renacido" en América Latina con la victoria de Bolsonaro.
"Hay una mafia internacional cuyo germen se inoculó desde aquí, desde Brasil", dijo al participar en el foro, sobre los escándalos que se expandieron por la región durante el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, hoy en la cárcel por corrupción.
Según Martín, en Brasil puede nacer ahora una "alianza contra ese eje maligno" que permita "rescatar a Venezuela y también a Cuba, que es donde está el laboratorio" de toda la izquierda regional.