Narciso Isa Conde | Foto: Kelvin de la Cruz
Es necesario profundizar en las causas de la degradación del Estado dominicano hacia un Estado delincuente, asociado a corporaciones privadas (criollas y transnacionales) de igual calaña; dado que el discurso comunicacional dominante obvia lo acontecido en el sistema capitalista-imperialista mundial y en su esfera colonizada en el pasado y recolonizada recientemente por la estrategia neoliberal del gran capital, conjuntamente con el pre-dominio de la usura, el empleo del guerrerismo brutal y métodos delictivos como medios de saqueo y acumulación.
Es evidente que las fuerzas dominantes dentro de este sistema impusieron la estrategia neoliberal, el parasitismo financiero y la gansterización de sus métodos, con impactos degradantes diferenciados en el centro y la periferia del sistema, sin disponer ahora de modelo alterno.
Está entrampado en su voracidad ecocida, en el consumo dispendioso y procesos de gansterización, con intensas degradaciones sobretodo donde no lograron establecerse instituciones burguesas solidas ni los llamados “Estados del Bienestar” (producto de los excedentes extraídos a sus colonias y dependencias); generando “subdesarrollos”, empobrecimientos atroces, terror de Estado, neofascismo, caos y poderes estatales mafiosos.
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El hecho de que la crisis estructural del capitalismo estadounidense y europeo fuera simultanea a la del denominado “socialismo real” euro-oriental, y de que continuara y profundizara luego del derrumbe soviético, ha determinado que la pretensión de EE.UU. de capitanear un sistema mundial unipolar no se haya materializado
Esto coincide con la recomposición de Rusia como superpotencia militar y la emergencia de China Popular como segunda, camino a convertirse en primera potencia económica del mundo; erigiéndose en una superpotencia desde un modelo que combina capitalismo privado nacional y transnacional, capitalismo monopolista de Estado con transnacionales propias y ajenas, y programas sociales de corte socialdemócrata.
A su vez, el despliegue de guerras populares-nacionales contra su “guerra global antiterrorista” (Palestina, Irak, Afganitán, Kurdistán, Yemen Ucrania, Siria…), la emergencia del nacionalismo de gran potencia en Rusia y China Popular, el fortalecimiento militar de Irán en el Medio Oriente y de Corea del Norte en el Oriente lejano, su pérdida de influencia en Turquía y Ucrania…le han creado al Pentágono y la OTAN serias dificultades para imponerse como antes (no así a los complejos industriales financieros para obtener súper-ganancias y desintegrar sociedades); registrándose empantanamientos militares y viéndose obligada a recular en algunos casos.
Eso explica su intenso repliegue hacia nuestra América y su contra-ofensiva en la región bajo la ilusión de controlar férreamente su alborotado “patio trasero”, que pelea por írsele de la mano.
Explica también los nefastos rasgos comunes presente en situaciones de países de la región, incluido el nuestro, donde reinan las derechas y la gansterización de los poderes constituidos.
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