La Casa Blanca recordó este lunes que no habrá una política de puertas abiertas a partir del miércoles cuando deje de aplicarse el Título 42, una normativa sanitaria que permite expulsiones en caliente de migrantes en la frontera de Estados Unidos.
"El hecho de que en solo un par de días acabe el Título 42 no significa que la frontera esté abierta", dijo rotunda la portavoz gubernamental estadounidense, Karine Jean-Pierre, durante su rueda de prensa diaria.
Jean-Pierre explicó que a partir del miércoles las autoridades del país volverán a aplicar el Título 8, que según la portavoz da una vía a los migrantes para que expliquen sus razones para cruzar la frontera y permite "expulsar con rapidez" a los que no tengan base legal para quedarse.
La portavoz de la Casa Blanca aseguró que decir cualquier otra cosa solo beneficiaría a los traficantes de personas, que pueden aprovechar la situación para propagar desinformación sobre lo que realmente implica el final de la normativa sanitaria.
A pesar de los mensajes de la Administración estadounidense, se espera que el fin de esta regla, que prohibió la mayor parte de las solicitudes de asilo en la frontera, conlleve un aumento en la cantidad de personas que llegan al sur de EE.UU. con la esperanza de buscar refugio en el país.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) ya delineó la estrategia que seguirá para hacer frente a una mayor llegada de migrantes, que incluye miles de contrataciones y un aumento de los recursos de transporte, pero aseguró que el sistema estadounidense "no está diseñado" para lidiar con el flujo migratorio actual.
Jean-Pierre recordó la petición de 3.000 millones de dólares que la Administración del presidente, Joe Biden, ha hecho al Congreso para poder reforzar los recursos del DHS en la frontera y hacer frente así al aumento de solicitudes de asilo que se espera.
La portavoz defendió que "si los legisladores republicanos van en serio" cuando piden a Biden que refuerce la frontera apoyarán esta solicitud de fondos.