La Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd) y la Fundación Tropigas firmaron este viernes un acuerdo junto a otras entidades para sanear los ríos Ozama e Isabela.
Con la firma de este convenio, la Caasd se compromete a contribuir con el diseño y elaboración de los filtros biológicos en la terminación de cañadas de los sectores La Ciénaga y Los Guandules, así como propiciar la limpieza de imbornales y arreglo de pequeñas cañadas que alimentan estos dos importantes ríos.
"Las personas están utilizando las cañadas para tirar basura y aguas residuales, aprovechando las corrientes de las aguas cuando llueve, que van rumbo al Ozama o al Isabela, pero en La Ciénaga y Los Guandules designamos brigadas para prevenir eso", dijo el director de la Caasd, Alejandro Montás, al suscribir el acuerdo.
El convenio permitirá promover el intercambio de información permanente para la educación ambiental y la implementación de trabajos continuos en procura del saneamiento de los ríos Ozama e Isabela, informó la Caasd en un comunicado.
También hará posible eficientizar la operación de los barcos recolectores de residuos sólidos flotantes y plantas acuáticas que forman parte de la iniciativa de la Fundación Tropigas que trabajan en el sector La Ciénaga y Los Guandules, y que forma parte del programa de preservación medioambiental Rivera Verde.
"Si no hay sanciones, las personas van a seguir utilizando los ríos Ozama e Isabela como basureros, eso no puede continuar, tenemos que encargarnos junto con las comunidades, sus comunitarios e instituciones para garantizarles un mejor medio ambiente a las futuras generaciones", agregó el director de la Caasd.
La firma del acuerdo se realizó en el sector La Ciénaga y participaron en la misma el alcalde de Santo Domingo Norte, René Polanco, el presidente de la Comisión Presidencial Ozama Isabela, Onofre Rojas, y otros funcionarios.
El convenio se ha firmado días después de que se retiraron cerca de mil toneladas de residuos sólidos de la costa del Malecón de Santo Domingo, arrastradas por el río Ozama como consecuencia de las intensas lluvias que dejaron los restos la tormenta Beryl a su paso sobre territorio dominicano.