Por Carlos Castillos
A los 83 años de edad y "cansado del largo viaje", José Mujica cerró ayer martes una etapa durante la cual recorrió casi todos los escalones hasta llegar a la presidencia de Uruguay en 2010.
Hijo de vascos y con sangre italiana por parte de abuelos, Mujica se crió en un ambiente rural y fue delineando su perfil ideológico en contacto con los trabajadores del campo y con los estudiantes de la ciudad, aún sin haber terminado sus estudios preuniversitarios.
Fue ciclista y en su juventud primero se acercó al conservador Partido Nacional (PN), y luego al Partido Socialista (PSU), de base marxista, desde donde surgieron los principales dirigentes que en la década de 1960 fundaron el Movimiento de Liberación Nacional "Tupamaros" (MLN-T), que libró una lucha armada hasta comienzos de la década de 1970.
Estuvo varias veces preso y durante la última dictadura (1973-1985) fue salvajemente torturado junto a otros líderes de la guerrilla como Raúl Sendic y Eleuterio Fernández Huidobro.
Mujica "fue coherente y contradictorio, idealista y realista, pero un ser humano excepcional que hace medio siglo empuñó armas, llevado por esa lucha por la solidaridad y las ideas con la que hoy sigue justificando sus acciones, pero que medio siglo después llevaba en su (motocicleta) Vespa a la Cámara de Diputados, acompañado de su compañera de la vida", dijo hoy la senadora socialista Mónica Xavier.
A la motocicleta se sumó el viejo "escarabajo" celeste, que llegó a usar para sus desplazamientos por Montevideo aún siendo presidente del país. Y la tríada de elementos de identidad se completaba con la perra "Manuela", de tres patas debido a un accidente doméstico, que llegó a ser tan popular como su dueño.
Mujica siempre se vistió de manera informal, a veces hasta desaliñado, y unido a su vocabulario sin rodeos se ganó calificativos como "cantinflesco", "demagogo" y "mugriento" por adversarios políticos de su país.
Cuando fuera de fronteras de Uruguay enpezaron a llamarlo "el presidente más pobre del mundo" respondió más de una vez: "Pobres no son los que tienen poco. Pobres son los que quieren más y más, infinitamente más y nunca les alcanza".
Al llegar a la presidencia pensó que podría "masificar el conocimiento, promover la investigación científica y tecnológica, repoblar el país y reestructurar el Estado", pero al dejar el cargo admitió que "en política se hace lo que se puede y no lo que se quiere".
"En el sueño del socialismo, hay que reinventar el capitalismo", resumió en otras de sus muchas declaraciones públicas de estos años.
Su forma de vivir y de hacer política, desmitificando la función del servidor público, le granjearon la simpatía de mucha gente dentro y fuera de su país, lo que le valió muchísimos reconocimientos internacionales y la publicación de libros y películas sobre su vida.
Durante los últimos 60 años José Mujica ha sido un personaje influyente como pocos en la vida política uruguaya, y pese a la renuncia al Senado prometió que seguirá "sembrando ideas". Tampoco descarta volver al Congreso, ya que dijo que le gustaría retirarse como diputado.
El veterano dirigente uruguayo podría dar una gran sorpresa si acepta finalmente presentarse como precandidato presidencial para las elecciones del año próximo.
Aunque lo ha negado, "por una cuestión biológica" según ha dicho, el progresista Frente Amplio (FA), fuerza a la que pertenece, no encuentra aún el consenso sobre una figura que dispute la presidencia en octubre del año próximo.
Políticos de varios sectores lamentaron hoy la renuncia de Mujica al Senado y valoraron su proceder y su forma de actuar, más allá de las diferencias ideológicas.
Por el momento, Mujica tiene previsto una gira por Argentina, España, Italia y Francia, y después volverá a su país para continuar la militancia política y recluirse en su pequeño predio rural del oeste de Montevideo, donde cultiva flores y trabaja la tierra.
"Mujica rompió el molde. La historia del país le dedicará varias páginas. Y aún quedan muchas otras por escribir", resumió la senadora Xavier en la despedida de hoy en la sesión plenaria del Senado.