Por Álvaro Celorio
A doce días de la mitad de siglo, la cantante Jennifer López convirtió su concierto de ayer viernes en Nueva York en su macrofiesta de cumpleaños, con los miles de fans que abarrotaron el estadio Madison Square Garden deseándole lo mejor entre baladas y hits de pista de baile.
"Jenny From the Block" quiso que el primer recital de su gira "It’s My Party!" (¡Es mi fiesta!) en la ciudad que la vio nacer fuera una manera de honrar no solo sus 50 años, sino también los 30 que lleva sobre los escenarios.
Con arriesgados movimientos de baile, una decena de cambios de vestuario, fuegos artificiales, chispas y mucha luz, la intérprete de origen puertorriqueño puso a sus pies a los asistentes cantando los éxitos de sus décadas de estrellato: desde "Let’s Get Loud" (1999) a "El Anillo" (2018).
Los años no parecen pasar por la neoyorquina originaria del Bronx, unas raíces que lleva con orgullo y de las que no dejó de hacer gala durante el concierto.
"En tu cumpleaños, no puedes olvidar de dónde vienes", dijo López tras interpretar "Jenny From The Block", la cual cerró al grito de "¡Bronx!".
Si bien aún quedan días para que Jennifer cumpla oficialmente los 50 años (el 24 de julio), su gira -que la llevará a España el 8 de agosto, con un único show en Fuengirola- se ha convertido en una invitación a sus fans para celebrarlo con ella, en un espectáculo que fluctúa entre el dance, lo melódico y la salsa.
Para López, el homenaje a sus orígenes no consistió únicamente en alabar la Gran Manzana. Los latinos, como ella, y las mujeres fueron dos temas a los que volvió en varias ocasiones durante su actuación.
"¿Hay latinos aquí?", preguntó al enfervorecido estadio, que estalló en gritos y aplausos como respuesta obvia a la cuestión.
A las mujeres se dirigió también en numerosos momentos. Uno de ellos, en concreto, justo antes de interpretar "Ain’t Your Mamma", una canción en la que López le dice a un hombre que "no soy tu madre", y que responda sí mismo.
De quien sí es madre es de Emme Anthony, fruto de su relación con el cantante Marc Anthony, y que subió al escenario en un emotivo dueto, al ritmo de "Look at Me Now" (Mírame ahora).
Fíjamente desde el público la miraba su madre, quien se mezcló minutos con el público minutos antes de las dos horas largas de espectáculo, saludando a conocidos y asistentes a la gran celebración de su hija.
Gracias a homenajes a artistas como Sia, al interpretar un fragmento de "Titanium", y a sus propios éxitos, como "Waiting for Tonight", la del Bronx consiguió poner en pie y hacer bailar a su público, una mezcla de gente de todas las edades: desde niñas que se movían extasiadas, hasta mujeres con elegantes vestidos de noche.
Con lágrimas en los ojos, Jennifer López acabó de rodillas, poniéndose a los pies del público de Nueva York, "mi ciudad", que la despidió con miles de voces entonando el "Feliz cumpleaños", a la espera de que en menos de veinticuatro horas la cantante vuelva a colgar el "Agotado" en las taquillas del Madison Square Garden.