El cantante y actor Javier Grullón no pensó que estaría vivo para contar lo que define como la peor experiencia de su vida. Cuando tenía 15 años recibió una corriente eléctrica de 220 voltios que lo mantuvo durante meses en recuperación.
Como muchos jóvenes intrépidos, Javier estaba jugando con unos amigos en una piscina. El actor se lanzó del techo de un edificio de tres niveles que estaba al lado de la piscina.
“Eso es lo que me dicen mis amigos porque por el impacto yo perdí el conocimiento de unos 10 minutos antes de tomar la decisión”, revela el exintegrante de Aura.
"Me lograron recusitar".
Cuando se dispuso a arrojarse, el pie derecho se le enredó con unos cables y justo en ese momento un transformador explotó, lanzándolo al suelo, justo al lado de la piscina, donde luego rodó hacia ella.
La caída le causó una terrible lesión en la cadera. Sus amigos, atónitos por lo ocurrido, fueron al rescate de Grullón (quien ya no tenía pulso) y se dispusieron a darle respiración boca a boca. “Me lograron resucitar”, asegura.
“Lo que yo sentí fue un abrir y un cerrar de ojos, como si solo hubiera pasado una milésima de segundo. No sentí el impacto, sino el después”. Grullón asegura que no se vio capaz de tomar aquella decisión tan temeraria que casi le costó la vida.
Aparte de la lesión en la cadera, Grullón recibió quemaduras por electricidad de segundo y tercer grado: “Fue muy difícil, me sacaban sangre tres veces al día todos los días, me lavaban las quemaduras todos los días”.
Para recuperarse de las quemaduras, a Javier le pusieron encima de la piel afectada un injerto de piel de cerdo, esto es para preparar el lecho receptor (el área quemada), y luego ponerle el otro injerto de piel pero de la persona.
También se utiliza piel de cadáver para preparar el lecho receptor, pero por lo general se utiliza piel de cerdo porque en el país “no está clara la ley de trasplante y no hay donante de cadáver de piel”, informa el doctor Eddy Bruno, director de la Unidad de Quemado del Hospital Dr. Luis Eduardo Aybar, que funciona en el Hospital Traumatológico Ney Arias Loras.
Bruno califica las lesiones por electricidad como devastadoras. El cirujano general detalla que la electricidad puede provocar una arritmia, trastorno que altera la frecuencia cardíaca o ritmo del corazón, incluso provocar un paro cardíaco.
Otras lesiones que se pueden sufrir por un choque eléctrico son graves quemaduras de segundo y/o tercer grado.
"Lo que yo sentí fue un abrir y un cerrar de ojos".
Además, lesiones en los tendones, en los vasos sanguíneos, hasta en la cabeza, porque algunas personas creen, de manera errónea, que cuando alguien está sufriendo una corriente eléctrica hay que pegarle para poder salvarlo, revela el especialista.
Si los daños son muy graves pueden llevar a las amputaciones de las extremidades superiores como inferiores.
Una afección que puede provocar la muerte es el choque hipovolémico, agrega el galeno. También es conocido como shock hemorrágico, que es la pérdida grave de sangre, haciendo que el corazón sea incapaz de bombear suficiente al cuerpo.
"Se busca dejar al paciente lo más funcional y estético posible".
“Cuando una persona recibe un choque eléctrico aunque no tenga lesiones evidentes debe ir a emergencia”, aconseja Bruno. “Se le hace una evaluación para ver si no sufrió ningún daño muscular; un examen de orina, un ecocardiograma, una enzima cardíaca”, entre otros estudios.
El primer paso para tratar una persona con quemaduras es la hidratación, después sigue la etapa quirúrgica. Una vez que se determine que la vida del paciente no corre peligro, viene la etapa de cirugía reconstructiva. “Se busca dejar al paciente lo más funcional y estético posible”, indica el médico.
En el caso de la pérdida de memoria que tuvo Javier Grullón de hechos ocurridos antes de electrizarse, se debe a que sufrió daños en el lóbulo frontal del cerebro, uno de los lóbulos que tiene más funciones y está ubicado justo detrás de la frente. Este es el que tiene que ver con la memoria, explicó el neurocirujano Amaury García.
Cifras en el país
Durante el 2016, en la República Dominicana murieron 170 personas electrocutadas. Esto representa un aumento de un seis por ciento con relación al 2015, cuando murieron 160 personas por choques eléctricos, según el informe anual del Observatorio de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Interior y Policía.
La mayoría de la víctimas son personas jóvenes. Las personas entre los 25 a los 39 años de edad son las que más muertes registran, con el 28 % de los casos. Mientras, 21 niños murieron electrocutados, entre 1 y 14 años, representando el 12.3 por ciento.
En cuanto al sexo, el 89 % de los accidentados por esta causa son hombres, mientras que el restante 11 % corresponde a mujeres.
El informe resalta que el tendido eléctrico sigue siendo la principal causa de muerte por electrocución, representando el 78.8 por ciento, dejando 134 muertes en 2016; los electrodomésticos causaron 20 muertes, los rayos eléctricos provocaron seis y en la categoría de otros están registradas 10 muertes.
En la Unidad de Quemado del Hospital Dr. Luis Eduardo Aybar, que funciona en el Hospital Traumatológico Ney Arias Loras, el 37 por ciento de los casos son quemaduras por electricidad, y de estos el 95 por ciento es por el hurto de electricidad, revela el director de la unidad, Eddy Bruno.
La electricidad y el cuerpo
El cuerpo "es un conductor. No diríamos que bueno pero capaz de conducir. Todo esto porque parte del cuerpo humano se compone de agua y otros minerales conductores".
Hay que aclarar que una persona se electriza cuando la corriente eléctrica circula por su cuerpo y sufre electrocución cuando fallece por el paso de la corriente por su cuerpo.
Una persona se electriza cuando forma parte del circuito eléctrico en el que se distinguen dos puntos de contacto: uno de entrada y otro de salida.
“Podemos definir el punto de entrada como el punto de inicio del contacto entre la persona y el conductor y las salidas son los puntos por donde drena la corriente eléctrica, especialmente en los puntos de contactos con la tierra o materiales aterrizados”, explica Félix Otto, ingeniero eléctrico.
Entonces, ¿cuántas descargas puede soportar el cuerpo humano? "Esto es relativo, todo depende de la intensidad de la corriente que pasa a través del cuerpo humano y la duración de exposición", respondió el experto.
Seguro muchos se preguntan porqué las aves asentadas en los cables del tendido eléctrico no se electrocutan. Otto explica que esto se debe a que las aves no están expuestas a tierra, sino que solo se asientan sobre el conductor.
"Para que haya un chock eléctrico se necesita un potencia y una referencia de tierra (negativo y positivo)", argumento Félix Otto.
Medidas de seguridad
Para evitar electrocuciones es importante tener algunas medidas de seguridad, especialmente en el hogar. Por ejemplo:
- No conectar electrodomésticos mojados.
- Reparar los cables que estén pelados o en mal estado. En este caso, antes de hacerlo se debe desconectar el interruptor general y asegurar la ausencia de tensión.
- Si hay bebé en la casa, se debe poner a los toma corrientes tapas protectoras para evitar que le pongan las manos o introduzcan objetos.