El Instituto Duartiano felicitó a los hombres y mujeres de los medios de comunicación social del país que realizan con profesionalidad su labor de informar y orientar a la ciudadanía, muchas veces exponiendo su propia salud, bajo el convencimiento de que tienen que cumplir su sagrado deber.
Su presidente, doctor Wilson Gómez Ramírez, expresó que “también tenemos que reconocer los ingentes esfuerzos de los médicos, enfermeras, personal de apoyo de los centros hospitalarios, miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía nacional, la Defensa Civil, el 9-1-1, los Cuerpos de Bomberos y a las comisiones oficiales que aplican políticas sanitarias para enfrentar el Coronavirus (COVID-19)”.
En una declaración escrita, Gómez dijo que “a propósito de la cuarentena, acontecimiento que ha posibilitado que podamos apreciar los contenidos que difunden la radio y la televisión, medios convencionales que impactan el gran público nacional, pudiéndonos percatar de la gran carga negativa que se difunden diariamente, la cual se expresa a través de proyecciones de avances de telenovelas, películas, programas, entre otros, con escenas violentas, verdaderas apologías del crimen de narcotráfico, sexo trivial y expresiones atentatorias al pudor”.
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Al reconocer los trabajos serios y objetivos de muchos productores y realizadores que se destacan y tienen un buen nombre ganado en los medios, expresó no obstante, que se debe admitir que esto no ocurre así con mucha frecuencia y que hay que mejorar los contenidos programáticos.
El presidente del Instituto Duartiano señaló que “se sabe muy bien acerca de la determinante incidencia de los medios orales de comunicación colectiva en la conducta de la persona, cómo impactan éstos para que se actúe de esta u otra forma, y que de ahí que resulte necesario que los responsables de dirigir, producir y realizar los programas de radio y televisión se acojan a lo establecido en el párrafo único del artículo 49 de la Constitución de la República”.
Añadió que con relación al derecho de expresión del pensamiento dice que “el disfrute de estas libertades se ejercerá respetando el derecho al honor, la intimidad, así como la dignidad y la moral de las personas, en especial la protección de la juventud y de la infancia, de conformidad con la ley y el orden público”.
El Instituto Duartiano resaltó que la propia norma suprema de la nación consigna, en su artículo 56, que “la familia, la sociedad y el Estado, harán primar el interés superior del niño, niña y adolescente; tendrán la obligación de sistirlos y protegerlos para garantizar su desarrollo armónico e integral (…)”.