Las secuelas de la COVID-19 se pueden reflejar en las personas en la parte física, emocional, social, afectiva y de aprendizaje, y estas pueden ser agudas, manifestaciones prolongadas o las generadas por las vacunas, indicó el infectólogo y docente del INTEC, Héctor Balcácer.
“Se puede entrar en un proceso en que las secuelas o cicatrices no sea algo visible, sino que sea un proceso eminentemente emocional”, dijo el galeno, al tiempo de referir que otras consecuencias se reflejan en la parte social, debido a que las personas con el virus se pueden sentir excluidos o aislados y, en lo afectivo, otras pierden a seres queridos y su entorno se ve afectado.
El doctor planteó que, en cuanto a las manifestaciones agudas, los pacientes pueden tener trastornos circulatorios periféricos vinculados al COVID-19, con compromiso de la parte distal de la circulación, y una de las situaciones que se vinculan al virus es el daño de los vasos sanguíneos, también conocida como Cascada de Citoquina, sustancias solubles que estimulan generalmente una respuesta inflamatoria o inmunológica en un individuo.
“Justamente esa activación de las células que producen el cuadro inflamatorio se da tratando de responder contra el COVID-19 y produce daños de los vasos sanguíneos, llevando a que las personas produzcan coágulos que forman un trombo y evita la llegada de sangre”, dijo Balcácer, al tiempo de recordar que hay personas que han perdido extremidades fruto de la infección y el compromiso de las estructuras vasculares.
Puntualizó que, otra de las manifestaciones agudas es la aparición de lesiones vesiculosas en la cara y el tórax, las que se han confundido con las varicelas y que desaparecen luego de varias semanas de manera lenta. Sobre las vacunas, el doctor afirmó que estas pueden producir cualquier tipo de manifestación extra pulmonar similar a lo que sería el virus.
“Aun las vacunas hayan pasado por todas las fases necesarias para su aprobación, todavía existe la Fase 4 (vigilar luego de que salen al mercado), porque lo aspectos adversos más raros aparecen mientras mayor cantidad de personas se expongan a la vacuna”, dijo el infectológo.
Además, el docente del INTEC planteó que otros trastornos que se pueden generar en la parte aguda son problemas hepáticos, trastornos renales y respiratorios, cardiovasculares, coagulación y neurológicos. Dijo, además, que cerca del 25 % de las personas, es decir, una de cada cuatro pacientes con COVID-19 pueden tener caída del pelo, pero generalmente es reversible y logran tener la cantidad de cabello que tenían antes de contraerlo.
Síntomas prolongados
En la actualidad se reconoce de manera directa que cuando se habla de síntomas de coronavirus prolongado, generalmente no es más que una persistencia de la misma sintomatología que el paciente presentó en la fase aguda, como fatiga, disnea o falta de aire y perdida del olfato.
Durante el conversatorio “Secuelas del COVID-19” realizado por el INTEC, el doctor Balcácer mencionó dos definiciones, la primera, personas sintomáticas persistentes que duran un mes con algún síntoma luego de estar negativos y la segunda, síndrome postcovid, aquellos que perduran más de tres meses con síntomas.
Sobre por qué el COVID-19 puede presentar tantas manifestaciones, dijo que existen dos hipótesis propuestas, la primera, sobre estimulación del sistema inmunológico y la segunda, que aun el virus muera y no pueda ser trasmisible su material genético encuentra los residuos y se mantiene provocando un cuadro inflamatorio sostenido en el sistema inmunológico.
Expresó que se ha vinculado que algunas personas que presentan infección por el virus pueden producir daños a nivel pancreático y padecer de diabetes, independientemente de que el tratamiento con los corticoides pudiera también asociarse a niveles de glicemia muy alta.
Afirmó que entre las personas más propensas a presentar el COVID prolongado están mujeres jóvenes, quienes tienen niveles de igG bajos al salir del cuadro y aquellas personas que tienen mucha sintomatología durante el proceso. “Las dos manifestaciones que más se asocian a que usted va a presentar manifestaciones por mucho tiempo son la pérdida del olfato y la presencia de diarrea”, dijo el galeno.
Ofreció algunas recomendaciones para pacientes con nuevos síntomas o que persistan más de cuatro semanas después de negativos, entre ellas, realizar un hemograma para determinar daños en órganos, prueba de tolerancia al ejercicio, y si el paciente tiene más de 12 semanas entonces debe realizarse un estudio de imágenes.