México fue, de nuevo en 2022, el país más peligroso del mundo para los periodistas, con catorce informadores asesinados por hacer su trabajo, según denunció hoy el Instituto Internacional de Prensa (IPI), que criticó la impunidad y la escasez de medidas de protección de las autoridades.
"Este año ha marcado uno de los periodos más negros que se recuerdan para la prensa mexicana. Con catorce asesinatos documentados México siguió siendo el país más mortífero del mundo para los periodistas, incluso en comparación con zonas en guerra activa como Ucrania", denuncia el IPI.
Esas catorce muertes suponen el 21 % del total de informadores asesinados o fallecidos en el mundo en 2022 por hacer su trabajo.
Esta red mundial de propietarios y editores de medios de comunicación, con sede en Viena, denuncia que "la impunidad de los crímenes contra los periodistas es prácticamente total".
"Muchos de los periodistas asesinados, como Heber López Vázquez, Margarito Martínez, Juan Carlos Muñiz y Jorge Luis Camero, informaban sobre corrupción y crimen organizado. Algunos de ellos, como Antonio de la Cruz y Maria Guadalupe Lourdes Maldonado López, recibieron graves amenazas por sus reportajes", recuerda el IPI.
Esta organización denuncia que las medidas adoptadas por las autoridades para proteger a los periodistas en peligro han sido insuficientes.
"A pesar de las promesas del presidente mexicano, Andrés Manuel Lopéz Obrador, de 'acabar con la corrupción y la impunidad', el presidente se ha dado a conocer, en cambio, por sus ataques verbales contra los periodistas", señala el IPI en un comunicado.
Por ejemplo, recuerda que el pasado febrero rechazó "de forma agresiva" una resolución del Parlamento Europeo que condenaba el aumento de la violencia contra los medios en México.
"La horrible carnicería de periodistas en México demuestra que los criminales tienen el control, ya que pueden actuar con impunidad", ha declarado en esa nota Frane Maroevic, director ejecutivo del IPI.
"El Gobierno mexicano tiene que actuar ahora para proteger a los periodistas que están arriesgando sus vidas y para restablecer el estado de derecho, garantizando justicia para los que fueron asesinados", reclama el responsable del Instituto.
En su análisis, el IPI señala que en la mayoría de los casos, los periodistas asesinados fueron un objetivo deliberado debido a su trabajo.
Quienes informan en las regiones más remotas son los que más riesgo sufren, dice el IPI.