La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha decidido reducir temporalmente el número de misioneros de tiempo completo en todo el mundo.
La medida surge como respuesta global a la situación actual generada por el coronavirus (COVID-19) y como medida para apoyar los esfuerzos de las autoridades sanitarias para detener su propagación.
“En la mayoría de los países, la predicación del evangelio de Jesucristo se realiza mediante el contacto humano, por lo que esta medida responde a acatar plenamente las recomendaciones de prevención de los organismos internacionales de salud y los gobiernos nacionales en torno al aislamiento social voluntario”, dice el comunicado.
Desde la República Dominicana se proyecta que unos 445 misioneros extranjeros retornarán a sus hogares o serán reubicados para garantizar su salud y la de los ciudadanos a quienes sirven. Hasta la fecha, unos 174 han salido del país y se espera la salida de los demás en los próximos días. Todos los misioneros, tanto los salientes como los que permanecerán en el país, gozan de buen estado de salud.
Medidas semejantes se están tomando en otros países, donde muchos de nuestros misioneros son dominicanos. Por tanto, se estima que en los próximos días unos 287 jóvenes dominicanos regresarán para servir y ayudar en su propio país, guardando las medidas de seguridad y aislamiento correspondientes, según lo recomendado por las autoridades. Estos también gozan de buena salud.
Indica el comunicado que esta reducción temporal de la cantidad de misioneros no implica una reducción de la labor misional en el país, sino un reajuste en la forma de llevarla a cabo, ya que la misma se sostiene principalmente mediante los más de 134 mil miembros de la Iglesia que viven en la República Dominicana.
En adición a estas medidas, a fin de contribuir a reducir el impacto de quienes sufren las implicaciones de salud, económicas y sociales de esta situación, la Iglesia ha reforzado sus programas de enseñanza del evangelio en los hogares a través de internet, sus iniciativas de bienestar social y de servicios humanitarios, así como otras acciones tendentes a aliviar a quienes han sido más afectados.
“Aprovechamos la ocasión para reiterar la invitación que hemos extendido a todo el país de unir el poder de nuestra fe, oraciones y buena voluntad a través de un ayuno colectivo este domingo 29 de marzo a partir del mediodía. El propósito es solicitar el favor del Dios Todopoderoso para que interceda por su pueblo, pues sabemos que nuestras vidas están en sus manos y dependemos de Él en todas las cosas”.