Este sábado Mipymes en la Z tuvo como invitados a jóvenes emprendedores que compartieron ideas que fueron llevadas a la realidad, ejecutando proyectos que tenían como objetivo innovar y ofrecer algo distinto en favor de las comunidades.
El ingeniero Porfirio Báez, compartió cómo surgió la empresa que hoy dirige, Green Depot, explicando que la idea en principio era la de construir un gran almacén de productos ecológicos en el país, propuesta que viene de sus manos desde el 2010.
Explicó que en el caminó fueron acumulando experiencia y eso los llevó a una transformación en el 2016, que los lleva a convertirse en la primera empresa fabricante de productos biodegradables (no dañan el medioambiente).
Al hablar de los productos que ofrecen, dijo que son envases desechables, y que los mismos son fabricados con yagua de palma.
En el mercado ya tienen dos años con los productos de materiales desechables. La empresa comenzó con él y su padre, y hoy en día son cuatro los empleados que le acompañan, además de comunidades que han integrado.
Explicó que como la yagua es un desecho natural y que no había un levantamiento de las mismas, vieron la oportunidad de integrar a las comunidades que vivían cerca, organizándolas, tecnificándolas e integrándolas al trabajo.
“En este modelo de economía circular, nos dimos cuenta que estábamos eliminando problemas y monetizando esos desechos”, compartió.
Una máquina que puede sembrar 400 semillas de vegetales por minuto
Otro proyecto presentado hoy fue el de Carlos Manuel Rodríguez, Mario José Rosario y Vantroy Vargas, tres jóvenes emprendedores del Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA), quienes crearon una máquina que puede sembrar 400 semillas de vegetales por minuto.
Vargas, explicó que esa idea ya la tenían vista sus compañeros Mario y Carlos, quienes en una visita al campo, un tío agricultor les expresó el inconveniente que tenía para sembrar estas semillas, pagando un personal que con el mal sembrado dejaba pérdidas.
Comentó que este mismo problema lo tenían otros pequeños agricultores, quienes no podían adquirir las máquinas que estaban en el mercado, por sus altos precios.
Manifestó que ya para el anuncio de la competencia vía Onapi, institución que visitó varias universidades para dar a conocer el tema y realizó varios talleres, de los cuales él se hizo eco, comunicándoselo a sus compañeros.
Tenían que poner hasta seis empleados para sembrar en una semana 200 mil semillas, y las pérdidas en costo de producción eran muy altos.
Con la máquina, solo se utilizan dos personas para poner a operarla y las semillas son sembradas en dos días.
Ahora mismo están en proceso del prototipo final para poder hacer la máquina y así poder ayudar a esos pequeños agricultores, pero dijeron que se necesitan los recursos económicos para poder ejecutar definitivamente el proyecto.
