Holanda y el Reino Unido denunciaron este jueves los "inaceptables" ciberataques rusos en todo el mundo y advirtieron de que el intento de los servicios secretos rusos de atacar la red de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) demuestra que a Rusia "no le importa el orden legal".
"Con las operaciones que hemos hecho públicas se pone de relieve que el servicio de inteligencia militar ruso, el GRU, está desarrollando operaciones cibernéticas inaceptables. Están dirigidas a organizaciones internacionales de todo el mundo, incluida la OPAQ", señalaron el primer ministro holandés, Mark Rutte, y su homóloga británica, Theresa May.
En una nota conjunta, ambos dirigentes aseguraron que las "operaciones imprudentes" del Departamento Central de Inteligencia en Rusia (GRU, en ruso) varían desde operaciones cibernéticas destructivas "hasta el uso de recursos químicos, como el de Salisbury", ciudad británica donde fue atacado el exespía ruso Sergei Skripal y su hija.
El servicio de inteligencia militar holandés (MIVD) evitó un ciberataque contra la red wifi de la OPAQ, el organismo que lucha contra el uso y desarrollo de armamento químico y que ha sido muy criticado por Rusia tras denunciar que su aliado sirio ha utilizado armas prohibidas contra civiles durante el conflicto armado iniciado en el país árabe en 2011.
La OPAQ, con sede en La Haya, también ayudó al Reino Unido a investigar el tipo de veneno utilizado en el ataque a Skripal y su hija el pasado marzo y del que Londres acusa directamente a Rusia.
En una rueda de prensa, la ministra holandesa de Defensa, Ank Bijleveld, ofreció detalles de la operación en la que las fuerzas de seguridad retuvieron a los cuatro oficiales rusos deportados el pasado 13 de abril, y ofreció detalles sobre sus identidades y sus funciones en el GRU.
Los cuatro oficiales son, por un lado Aleksej Sergejvich Morenets y Yevgeny Mikhailovich Serebrjakov, ambos "operadores cibernéticos", y por otro, Oleg Miajlovich Sotnikov y Aleksey Valeryevich Minin, que ofrecerían "apoyo de inteligencia humana".
Los cuatro habían aterrizado en Amsterdam el 10 de abril con un pasaporte diplomático y desde entonces, las autoridades siguieron sus pasos hasta confirmar sus intenciones.