El historiador Juan de la Cruz consideró este domingo que el fantasma del dictador Rafael Leonidas Trujillo aún no se disipa de la sociedad en la República Dominicana.
De la Cruz explicó que esto se debe a que el trujillismo se convirtió en un elemento de la cotidianidad del pueblo dominicano, donde la gente, por temor o adulación, convirtieron a Trujillo en una figura emblemática.
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"Cada uno de nosotros, en nuestras actuaciones, tenemos una especie de Trujillo, un Trujillo en nuestros adentros: queremos que las cosas se hagan como nosotros decimos, queremos que todo se haga conforme a nuestro parecer", expresó.
El catedrático precisó que esto se debe también a la balaguerización de la sociedad y la política. Manifestó que todos los partidos tienen una corresponsabilidad por exaltar a Joaquín Balaguer, el continuador directo de Trujillo.
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"No es una casualidad que el nieto de Trujillo hoy esté en el escenario político dominicano y que algunas personas, tanto que viven en el país y fuera del país, lo estén siguiendo", añadió.
Precisó que el pueblo debe tener claro que hay que romper con el fantasma de Trujillo.