Eco mediático Esmerarda Montero

¡Hablemos de fake news!

lunes 22 octubre , 2018

Creado por:

Esmerarda Montero | Foto: Mairobi Herrera

Cuando se emplea el término  fake news o noticias falsas se hace referencia a un producto comunicativo que cae dentro de lo pseudo periodístico, ya que, aunque se difunde por un medio de comunicación, la intención de su emisión no es informar, sino incitar al engaño, se utiliza para desprestigiar o ensalzar a alguien o alguna institución y en los últimos años es una práctica cada vez más socorrida.  

Ha habido célebres casos del uso de esta práctica en medio de procesos electorales, tanto en Estados Unidos como en Brasil. Hay más, según una investigación citada por la revista muy interesante llevada a cabo por los investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) Sinan Aral, Soroush Vosoughi y Deb Roy, donde se analizaron 126.000 historias divulgadas en Twitter entre los años 2006 y 2017 . “Las fake news tienen un 70% más de probabilidades de ser replicadas (…) Mientras que la verdad rara vez se difunde a más de 1.000 personas, el 1% de las noticias falsas más virales se difunde rutinariamente entre 1.000 y 100.000 personas"

Preocupante ¿verdad? un ejemplo práctico de cómo se puede tergiversar una información en pro de una mayor difusión o sencillamente para defender ciertos intereses, es la forma en que varios medios abordaron la polémica más fresca del país, las declaraciones de la diputada Faride Raful, quien argumentó en el congreso no estar de acuerdo con la lectura de la Biblia en las escuelas y colegios del país de forma obligatoria.

Ante este hecho,  nos encontramos con titulares dantescos donde se descontextualizan los argumentos de Raful de forma explícita, con acusaciones tan severas como que la diputada “se opone a Dios y a su pueblo”, que “está en contra de la fe cristiana” inclusive más de uno ha escarbado en sus orígenes y puesto en duda su fe.

Al margen de que estemos o no de acuerdo con la diputada, este tratamiento manipulador e irresponsable es un ejemplo más del  peligro de olvidarse de la ética a la hora de trabajar una información.

La poca altura con la que se ha manejado este debate en muchos medios y sobre todo en las redes sociales, demuestra una vez más la profunda necesidad que tiene esta sociedad de una educación tolerante, abierta e inclusiva.

La forma en que se abordó esta noticia, aún contando con un material audiovisual de respaldo de lo que realmente dijo Raful, demuestra que hay medios y periodistas que no solo faltan a la ética, sino que no se plantean ni lo más mínimo que la población es capaz de  discernir más allá de la manipulación.


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Esmerarda Montero

Doctora en Comunicación Social, especializada en Análisis del Discurso y el Audiovisual, Consultora en Comunicación Estratégica, docente de grado y posgrado, articulista, comentarista y conferencista. Síguela en @esmerardamonterovargas y @emonterovargas

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