El líder opositor Juan Guaidó llamó este viernes a todos los gremios de Venezuela a una marcha el próximo 10 de marzo hacia la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) para intentar retomar el control de la sede legislativa, si bien en las últimas semanas los diputados opositores no han podido acceder al lugar.
"Vayamos cada uno de los sectores a presentar su pliego de conflicto para lograr una solución a la crisis, que vayamos juntos a la AN, a la casa de las leyes, de la civilidad, caminando, marchando con fuerza. Nos levantamos en cada rincón y esquina del país", dijo Guaidó en una reunión con representantes de distintos gremios.
Aunque el llamado fue hacia la AN, los diputados opositores no han logrado acceder a la sede legislativa desde hace varias semanas, ya que las fuerzas del Estado, así como los llamados "colectivos", grupos civiles frecuentemente armados y calificados por la oposición y ONG como paramilitares, se lo han impedido.
Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países, dijo que van a "marchar con fuerza hasta lograr la libertad", al considerar que "es el momento definitivo para abrir las puertas de la democracia".
A su vez, instó a acompañar a los estudiantes el próximo 27 de febrero a otra manifestación convocada por ese sector y llamó a la unión de todos los gremios y organizaciones del país "en un comando unificado" para concretar ese pliego de conflictos a través de la protesta callejera y de otros medios.
"¿Otra vez a la calle? Sí (…) a exigir, a protegernos, a defendernos hasta que sea necesario, hasta hacer realidad ese pliego de conflictos, hasta unificar cada sector, hasta que estemos libres, hasta que el mundo llegue a ayudarnos", prosiguió.
El también jefe del Parlamento aseguró que llevará "la presión" en contra del Gobierno de Nicolás Maduro "hasta el nivel que sea necesario", y recordó que cuenta con el apoyo de países como Estados Unidos para concretar el fin del Gobierno chavista.
Adelantó que la actividad del 10 de marzo no será "definitiva" para sacar del poder a Maduro pero sí constituirá "un hito fuerte" en su lucha contra la llamada revolución bolivariana.