Isidoro ha sido castigado y reemplazado por una nueva expresión del nepotismo generada por la elite morada, independiente de los méritos académicos y demás atributos de su sucesor.
Isidoro ha sido castigado y reemplazado por oponerse primero a la repostulación-reelección del presidente Medina y luego a su rehabilitación vía reforma constitucional.
Gustavo Montalvo, detrás del telón, moviendo junto a Danilo las fichas de la joven tecnocracia morada.
Isidoro, más allá de sus méritos profesionales y honestidad personal, está pagando aquello de prestarse a ser adorno de un régimen corrupto y corruptor, dictadura constitucional mafiosa disfrazada de democracia; dotada de expertos manipuladores del capital humano a su disposición y portadores de una intolerancia supina.
Gonzalo premiado por ser cortesano del monarca de ocasión y cómplice de alto vuelo del cuerpo del delito mayor de esta Administración peledeísta con sede en Punta Catalina.
Gonzalo arranca de la mano de la cúpula inescrupulosa del empresariado híper-rico en el mismo despacho de Danilo, que le dice suavemente a sus huéspedes: “Yo no pude, pero este es mi preferido, respáldenlo”.
Las razones para tal petición fueron de peso y dólares, junto a operaciones ocultas útiles para chantajear.
Las complicidades amarran.
Inicia su precampaña abrazado a Bichara y a Oller, equivalente el primero a otro de los cómplices mayores de la estafa de Punta Catalina y el segundo a la gravitación sobre el poder político del poder omnímodo del Grupo Inicia que es igual que decir Vicini.
Y decir Vicini es decir el primerito de los diez principales grupos económicos del país y no solo: es también decir arrendamiento oneroso de las terrenos de Punta Catalina, fraude a Fonper, estafa de Sansouci, Marina, Ciudad Colonial, y puente de oro y plata con varios precandidatos opositores, entre ellos, Luis Abinader.
Es, además, asociación de intereses e ideología con la familia Bush y canal hacia los Trump, Pompeo, Bolton, Guiliani y toda la yerba mala que brota de la Casa Blanca hacia esta isla caribeña.
Hipólito habrá de plegarse o lo vuelven desecho político.
Leonel sigue peleando e insiste en volver a ocupar la silla de alfileres, rodeado de una enorme tasa de rechazo y una cola de delitos de Estado -incluido asociación con narco-delitos- muy, pero muy, pesada.
Gonzalo carga con el fardo de la impopularidad y la quemazón del régimen mafioso.
Carga con el repudio a su benefactor de la patria, por lo que es un globo de ensayo todavía sin carta de triunfo a lo interno del PLD y más allá.
Vicini es casi dueño de AIRD Y CONEP, y más allá de verse obligado a embarcarse abiertamente en ese ensayo incierto del danilismo, tiene huevos en varias canastas (Lisandro Macarrulla incluido), en el contexto de un mercado político y un negocio electoral altamente privatizado y degradado, donde cuenta demasiado el poder del dinero y las directrices del “Gobierno Profundo” de EE. UU.
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