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La Secretaría de Salud de México anunció que logró ahorrar 1.600 millones de pesos (unos 83,87 millones de dólares) en la compra de antirretrovirales en México para los enfermos con VIH/Sida.
De acuerdo con Pedro Flores Jiménez, titular de la Unidad de Administración y Finanzas del ministerio, con esto "se ha logrado romper el esquema de corrupción" ya que la compra directa a los fabricantes de fármacos representó una mejora en los precios de entre 30 y 40 %.
Durante una reunión con la junta directiva de la Comisión de Salud, el funcionario explicó que el dinero que se ahorra podrá ser utilizado para "atender otras necesidades".
Asimismo, Flores Jiménez dijo que se están tomando medidas para evitar el desabastecimiento de medicamentos -que levantó una fuerte polémica- por lo que mientras concluye el proceso de compra, a los estados que participan se les ha asignado presupuesto para adquirir los medicamentos que requieran.
A principios de este mes, un grupo de pacientes que reciben antirretrovirales exigieron al gobierno mexicano garantizar acceso a medicamentos.
De acuerdo con organizaciones civiles, el cambio en el método de comprar de medicamentos había provocado que en los primeros meses del año la Secretaría de Hacienda del gobierno federal tuviera paralizada la compra de medicamentos.
Esto luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador suprimiera los intermediarios en la entrega de recursos para este tema con el fin de erradicar la corrupción.
De acuerdo con cifras oficiales, en México 220 mil personas viven con VIH de las cuales solo el 64 % saben de su estado, y 132 mil están bajo tratamiento antirretroviral, mientras que 110 mil lograron eliminar la replicación viral.
De ese número, 97 mil pacientes reciben tratamiento antrirretroviral por parte de la Secretaría de Salud.
Hasta 2017, la cobertura en el país era de 65 % en diagnóstico, 61 % de los enfermos en tratamiento y 51 % en supresión viral, y se espera que en próximos años se llegue al 80 % de personas diagnosticadas, para estar más cerca de la meta 90-90-90 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
