Garantizar el acceso a tratamientos adecuados y suficientes para el dolor debería ser considerado como derecho humano, dijo este lunes Raúl Martín del Campo, representante de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en México.
"En pleno siglo XXI es impensable que aún existan personas que mueren con dolores extremos", comentó durante la presentación del suplemento especial de su informe anual 2018 "Avances en la disponibilidad de sustancias con fines médicos".
Este documento elaborado entre el JIFE y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Dropaga y el Delito en México (UNODC por su sigla en inglés) busca analizar esta problemática en el país.
En conferencia de prensa, Martín del Campo exhortó para que se regule el uso de los opioides frente a enfermedades terminales o crónicas en México.
Asimismo se compartieron hallazgos del proyecto "Acceso sin exceso", una iniciativa piloto de la UNODC en Ciudad de México con la finalidad de cuantificar y analizar la relación entre oferta y demanda de sustancias controladas para cuidados paliativos.
Antonio de Leo, representante de la UNODC en México dijo que la ciudad carece de censos totales de los pacientes inscritos en las diferentes instituciones de salud, así como de los padecimientos que requieren medicamentos derivados directamente de los opioides.
Además, dijo, el personal médico capacitado y autorizado para prescribir medicamentos controlados para el manejo del dolor es insuficiente.
"En una urbe de estas dimensiones, un profesional cubre nada más alrededor de 700 pacientes por mes", acotó.
Aseveró que la fobia y el estigma hacia este tipo de medicamentos puede ser una de las causas principales de estas limitaciones, además de que muchos pacientes se niegan a usarlos por el temor a volverse adictos.
Explicó que es indispensable contar con una comunidad médica debidamente capacitada y sensibilizada, además de pacientes bien informados sobre sus derechos, beneficios y consecuencias del uso de estos productos para contrarrestar la ignorancia y el temor.
Finalmente, dijo que los principales padecimientos que requieren medicamentos para el control del dolor en la Ciudad de México son de tipo oncológico, seguidos por afecciones del sistema nervioso.
Los medicamentos opioides con mayor consumo en la capital son aquellos que no requieren una receta para la prescripción de medicamentos controlados, tales como el tramadol y la buprenorfina.
Del mismo modo, se busca impulsar sinergias con las autoridades sanitarias y la sociedad civil para suplir de manera responsable este mercado.
El reporte será publicado de manera completa el próximo mes de mayo.