El funeral de Aretha Franklin, la "Reina del Soul", se celebró en Greater Grace Temple, una iglesia en la zona este de Detroit con capacidad para 4.000 personas.
Su féretro llegó en un antiguo Cadillac blanco, famoso por haber transportado en su funeral a importantes figuras, como la activista por los derechos civiles Rosa Parks, que en 1955 se negó a levantarse de un asiento de autobús reservado para los blancos, lo que provocó protestas contra la segregación en Estados Unidos.