El Fondo Monetario Internacional (FMI) concederá a Sudáfrica un préstamo de 4.200 millones de dólares (3.581 millones de euros) para mitigar los devastadores efectos de la pandemia, una solicitud sin precedentes en democracia para la economía más desarrollada de África.
"Los sudafricanos deben estar tranquilos de que no pusimos el país en riesgo y la soberanía del país está intacta", afirmó este martes el director general del Tesoro sudafricano, Dondo Mogajane, en declaraciones a la cadena radiofónica 702.
El préstamo fue aprobado a última hora de ayer por la junta directiva del FMI, reunida en Washington, y se trata del mayor desembolso realizado por el organismo a consecuencia de la pandemia a través de su Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR).
El Gobierno de Cyril Ramaphosa había decidido acudir al FMI por primera vez en la historia democrática de Sudáfrica ante la necesidad de acceder a fondos de emergencia con los que mitigar el severo impacto económico y social de la pandemia de COVID-19.
El coronavirus va a dejar en el país una profunda recesión y la mayor crisis en casi un siglo, con niveles de déficit disparados.
"Los fondos adicionales del FMI son un préstamo a bajo interés que contribuye al paquete de alivio fiscal del Gobierno mientras que respetan las decisiones de Sudáfrica sobre cómo dar ese alivio a la economía y a los más afectados de la actual crisis", señaló el Gobierno sudafricano anoche, tras conocerse la noticia.
La noticia, sin embargo, ha despertado recelos entre los sectores opositores.
"La mayor metedura de pata de la historia de la economía de Sudáfrica", calificó Floyd Shivambu, vicepresidente del partido Luchadores por la Libertad Económica (EFF, por sus siglas en inglés), de izquierda radical y segundo mayor bloque de la oposición sudafricana.
El préstamo servirá para reforzar la respuesta de Sudáfrica a la crisis y para ayudar a estabilizar su posición financiera.
"Las autoridades se han comprometido a gestionar la asistencia financiera de emergencia del FMI con toda transparencia y responsabilidad", señaló también el Fondo, en una referencia velada a los graves problemas de corrupción que lastran la economía sudafricana, incluida la respuesta a la pandemia de COVID-19, según reconoció el propio Ramaphosa recientemente.
El FMI no es el único organismo internacional al que Sudáfrica ha recurrido durante la pandemia en busca de alivio financiero por hasta 7.000 millones de dólares (5.967 millones de euros), en total.
Está en conversaciones para un potencial préstamo del Banco Mundial y ya se cerraron líneas de crédito con el Nuevo Banco de Desarrollo del bloque de potencias emergentes BRICS (por 1.000 millones de dólares o 852,4 millones de euros), al que Sudáfrica pertenece, y el Banco de Desarrollo Africano (unos 300 millones de dólares o 256 millones de euros).
Sudáfrica, que ya se encontraba en recesión desde el año pasado y cuenta con tasas del 30 % de paro, prevé una contracción económica del 7,2 % este año, la peor en casi un siglo, según los pronósticos del Gobierno sudafricano, y si el déficit presupuestario no se estabiliza, el país se encaminará hacia una crisis de deuda soberana.
Con 452.529 casos y 7.067 muertes, el país austral es con diferencia el país de África más golpeado por la pandemia y el quinto con más contagios a nivel global.