La Fiscalía pidió este miércoles imponer una multa al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que aspirará a la reelección en octubre, por propaganda electoral anticipada en una polémica reunión con embajadores en la que desacreditó y atacó el sistema de votación del país.
El Ministerio Público Electoral también solicitó a la Justicia que se elimine de las redes sociales el video de ese encuentro en el que el líder ultraderechista sembró sospechas, sin pruebas, sobre las urnas electrónicas ante unos 40 diplomáticos de varios países el pasado 18 de julio.
Esa reunión tuvo lugar en la residencia de la Presidencia brasileña y fue transmitida en directo por la televisión estatal y por las redes sociales de Bolsonaro, en el poder desde enero de 2019.
YouTube se adelantó y este miércoles sacó del aire el video de esa cita, pues no permite la divulgación de "contenido con informaciones falsas sobre fraude generalizado, errores o problemas técnicos que supuestamente hayan alterado el resultado de elecciones anteriores", como defiende el mandatario.
En su escrito de 23 páginas, el viceprocurador general electoral, Paulo Gustavo Gonet, indicó que la libertad de expresión no es "un derecho absoluto" y señaló que las hipótesis infundadas de Bolsonaro son una "inaceptable hostilidad a la verdad".
"El intento de infundir temor en los electores", atribuyendo "directa o de forma subliminal maquinaciones o negligencias a quienes dirigen las elecciones, no encuentra fundamentos debidamente demostrados, y desestima argumentos y evidencias sólidas", apuntó.
Además, apreció que, en ese encuentro, Bolsonaro pidió el voto fuera del periodo de campaña electoral, que arranca el próximo 16 de agosto.
En su opinión "el hecho de que su discurso haya sido proferido en una reunión con diplomáticos extranjeros -que evidentemente no votan en las elecciones brasileñas- no descaracteriza el aspecto de solicitud de voto" que se desprende de las declaraciones de Bolsonaro y, en este sentido, pidió que sea multado.
Para Gonet, los ataques del gobernante contra el proceso electoral "no son inéditos", pero resalta que la exposición ante los embajadores es diferente, pues se produjo en vísperas de los comicios del 2 de octubre, y en ella se divulgaron "ideas que ya fueron constatadas como falsas".
Bolsonaro lleva meses al frente de una agresiva campaña para deslegitimar el sistema electrónico de votación, que funciona en Brasil desde 1996 y acostumbra a ser elogiado por observadores internacionales, aunque el presidente insiste, sin pruebas, en que es una fuente de "fraudes".
Según integrantes de la oposición, esa campaña de descrédito, que cuenta con respaldo de algunos sectores de las Fuerzas Armadas y grupos de ultraderecha, podría esconder la supuesta intención de desconocer el resultado de los comicios en caso de que el exmandatario y candidato favorito Luiz Inácio Lula da Silva gane.