El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, pudo haber enfrentado otro intento de asesinato, según informó el FBI. La agencia ha acusado formalmente a tres personas por su participación en este plan, el cual presuntamente fue orquestado por autoridades iraníes a través de agentes en los Estados Unidos.
Según los informes, el Departamento de Justicia acusó a un agente del régimen iraní, Farhad Shakeri, a quien se le encargó dirigir una red de asociados criminales para promover los complots de asesinato de Irán contra sus objetivos, incluido Trump.
Además, acusaron y arrestaron a dos personas que, según confirman, fueron reclutadas como parte de esa red para silenciar y matar, en suelo estadounidense, a un periodista estadounidense que ha sido un destacado crítico del régimen”, dijo el Fiscal General Merrick B. Garland en un comunicado.
Los hombres detrás de los crímenes identificado como un operativo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), son: Farhad Shakeri, de 51 años, de Irán; Carlisle Rivera, también conocido como Pop, de 49 años, de Brooklyn, Nueva York; y Jonathon Loadholt, de 36 años, de Staten Island, Nueva York, fueron acusados. Rivera fue arrestado en Brooklyn, Nueva York, y Loadholt fue arrestado en Staten Island, Nueva York, mientras que Shakeri sigue prófugo y se cree que reside en Irán.
El intento de asesinato de Trump fue supuestamente pausado cuando Shakeri no logró desarrollar un plan efectivo antes de la fecha límite. De acuerdo con el testimonio de un agente del FBI incluido en la denuncia, Shakeri confesó que sus supervisores en el IRGC consideraron posponer la operación bajo la presunción de que sería más sencillo asesinar a Trump en caso de que perdiera las elecciones, ya que, según ellos, una derrota lo dejaría vulnerable.
El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, ha señalado que "pocos actores en el mundo representan una amenaza tan grave para la seguridad nacional de Estados Unidos como lo hace Irán".
Acusaciones formales y posibles sentencias
Los cargos presentados contra Shakeri, Rivera y Loadholt incluyen intento de asesinato, conspiración para cometer asesinato y blanqueo de capitales. Cada uno de estos delitos podría resultar en sentencias de hasta 40 años de prisión. Además, Shakeri enfrenta acusaciones adicionales relacionadas con el terrorismo y la violación de leyes de sanciones impuestas a Irán, lo que podría aumentar su posible condena a 60 años de cárcel.