El presidente de Bolivia, Evo Morales, arremetió este viernes desde la sede de la ONU contra Estados Unidos, acusando a Washington de promover conflictos en Latinoamérica y de esquilmar sus recursos.
"Estados Unidos nos trae la guerra para que nosotros pongamos los muertos, mientras ellos saquean nuestros recursos naturales", dijo Morales durante un discurso con motivo del lanzamiento del Año Internacional de las Lenguas Indígenas.
El presidente boliviano, sin mencionar ninguna situación en concreto, aprovechó su intervención para denunciar los enfoques "guerreristas del imperio norteamericano contra los pueblos pacíficos de América Latina y el Caribe".
Morales urgió a no olvidar las "lecciones del pasado" y llamó a toda la comunidad internacional a "preservar la paz" en la región latinoamericana "mediante el diálogo constructivo".
"Nuestro idioma debe ser el de la convivencia y la complementariedad", insistió el mandatario.
En los últimos días, Morales -aliado del presidente venezolano Nicolás Maduro- ha criticado con dureza las posturas de Estados Unidos ante la crisis en Venezuela, acusando a Washington de buscar dejar un país devastado y empobrecido como Iraq y Libia.
Hoy, Morales arremetió además contra el "asedio capitalista" bajo el que vive el continente y, en especial, sus comunidades indígenas.
"A los pueblos indígenas se nos habla de democracia y derechos humanos. ¿Puede existir democracia o derechos cuando nuestros pueblos indígenas viven aplastados por la tiranía del capital?", se preguntó.
Morales ofreció hoy el discurso central de la ceremonia en la que Naciones Unidas ha presentado oficialmente su año dedicado a los idiomas indígenas, una iniciativa impulsada por su Gobierno.
El presidente boliviano hizo un llamamiento a toda la comunidad internacional para preservar las vidas, lenguas y culturas de las comunidades indígenas de todo el mundo.
Morales, que comenzó su intervención en aimara, subrayó que las lenguas son uno "de los tesoros más preciados" que los antepasados han dejado a las sociedades actuales y llamó la atención sobre estudios que apuntan a que cada dos semanas muere un idioma indígena en el planeta.