Foto: Noelia Meléndez
Dándole continuidad a los artículos anteriores, esta vez hablaremos sobre las etapas o fases de la mediación.
Para el desarrollo del proceso de mediación, existen etapas que deben ser cumplidas por las partes conflictuadas y por el profesional mediador, para así garantizar un acuerdo entre las partes y que ambas resulten ser ganadoras. Conforme al criterio de la corriente que los sustente, se dividen en varias etapas, por ejemplo: hay un criterio que señala 10 etapas que detallaremos a continuación.
Contactos iniciales entre el mediador y las partes
Ocurren normalmente a través de reuniones privadas con cada una de las partes. El mediador ha de saber lo que cada parte está inicialmente dispuesta a transmitir y compartir con la otra, y ha de ganarse la confianza y la credibilidad de todas las partes.
Recopilación de la información sobre el conflicto y las personas o identificación de los puntos más importantes que se deben resolver
A partir de esta recopilación el mediador establecerá una primera estrategia sobre el proceso, luego de haber obtenido las informaciones más relevantes.
Establecimiento de las líneas generales del proceso
En esta etapa se incluye el acuerdo de confidencialidad, las normas de comportamiento que hay que observar durante el proceso y las normas de funcionamiento. Se inician las reuniones conjuntas, aunque pueden mantenerse otras por separado. Las reuniones conjuntas persiguen la escucha mutua, el intercambio de información, exteriorizar sentimientos, identificar acuerdos y desacuerdos, así como mejorar la comunicación entre las partes.
Diseño detallado del proceso mediador e inicio de las sesiones
Aquí se identifican las estrategias que permitirán avanzar en el proceso, creación de confianza y cooperación; se trata de controlar las emociones excesivamente intensas, ayudar para exteriorizar las emociones, minimización de los estereotipos, reconocimiento de la legitimidad de las partes.
Identificación de los puntos de acuerdo y la incompatibilidad básica
En esta parte el mediador señala los puntos de interés común. El mediador ha de identificar también los motivos por los que las partes no pueden llegar a acuerdos por sí solas y las ayuda a superar los obstáculos mediante una redefinición de los problemas. Algunas incompatibilidades pueden postergarse a una segunda etapa para lograr un avance en cuestiones más sencillas.
Visibilizar los intereses ocultos y creación de empatía
Implica educar a las partes para que entiendan las razones y los intereses de las otras.
Redefinición de las incompatibilidades
Se replantean los marcos de comprensión del problema, mediante una serie de técnicas, para lograr nuevas aproximaciones, obtener nuevos consensos y atenuar las posiciones de incompatibilidad. El mediador ayuda a las partes a desear y desarrollar soluciones creativas y aportas ideas propias que puedan ser valorizadas por todas las partes.
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Elaboración de un primer bloque de propuestas y acuerdos
En esta etapa se generan opciones, se crean y evalúan áreas de acuerdo, se reducen los desacuerdos y se avanza en el consenso. El mediador ha de procurar que las partes superen las inquietudes que aparecen al hacer concesiones y que a veces pueden parecer capitulaciones. Se evalúan los beneficios de seguir con la mediación y los costes de no hacerlo.
Acuerdos
Se llega al consenso sobre propuestas y se identifican los pasos que se deben seguir para que los acuerdos se hagan operativos. Una vez que se logran determinados acuerdos, las partes deciden conceder mayor poder al mediador, con el propósito de asegurar que no habrá vuelta atrás en el proceso, puede ser el momento de abordar cuestiones pendientes.
Verificación de los acuerdos
En esta última etapa se crean los mecanismos de seguimiento y vigilancia, para el cumplimiento de los acuerdos.
No debemos olvidar que lograr un cierre satisfactorio, aun sin acuerdo, es el objetivo de la gestión pacífica del conflicto.
Hasta una próxima.
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