El Observatorio Político Dominicano (OPD), entidad adscrita a la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), publicó su más reciente estudio titulado «El desafío del regreso a clases en medio del Coronavirus», en el que establece los retos, desafíos y ventajas de la educación a distancia en República Dominicana producto de la pandemia del COVID-19.
En la mayoría de los países alrededor del mundo se ha optado por la educación a distancia a través de medios digitales para garantizar la continuidad de la educación. En República Dominicana aún no existe una postura definitiva de las autoridades al respecto, a pesar de que el MINERD ha planteado como alternativa la posibilidad de educación a distancia (a través de internet, radio y televisión).
La investigación del OPD-FUNGLODE, realizada por Vladimir Rozón, precisa que dentro de las principales amenazas que enfrentaría esta modalidad en el país destacan la brecha digital y los prolongados apagones que se registran en gran parte del territorio nacional.
El análisis del OPD-FUNGLODE plantea la necesidad de llegar a acuerdos con las empresas eléctricas y con propietarios de medios de comunicación y compañías telefónicas para lograr ofrecer un servicio de mayor y mejor calidad al estudiantado dominicano, que debe ser dotado de computadoras portátiles o tabletas e internet, y que hasta el pasado año escolar 2019-2020, según datos oficiales de la Presidencia de la República, ascendía 2,871,433 estudiantes, de los cuales, 2,152,239 correspondían al sector educativo público.
En el caso de la cantidad de centros educativos, a enero de 2020 había 23,528 centros, incluyendo ambos sectores (públicos y privados). De este total, 19,478 están autorizados para entrar en funcionamiento, 243 están autorizados temporalmente, 13 no han sido abiertos y 3,782 no están autorizados.
Asimismo, el estudio resalta la necesidad de crear campañas de motivación para padres y alumnos y talleres de capacitación en las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) para los profesores.
«Es importante que las nuevas autoridades tengan presente los desafíos que deberá enfrentar el país si se quiere que la educación a distancia surta efecto; es imperativo resolver la brecha digital, las deficiencias en el servicio eléctrico, el impasse con padres y maestros y la colaboración de dueños de medios de comunicación», precisa el informe del OPD-FUNGLODE.
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Experiencia comparada
El informe del OPD-FUNGLODE resalta varios casos de éxito en la región de Latinoamérica con la educación a distancia como Uruguay, México, Perú, Colombia y Chile.
Según la investigación, en estos países se inició el año escolar con clases presenciales con distanciamiento físico y demás recomendaciones de la Organización Mundial de La Salud (OMS), en las zonas de menor cantidad de casos de COVID-19, complementando la labor educativa con la escolaridad a distancia, utilizando medios de radio y televisión estatales como soporte para las clases en los lugares de mayor contagio.
Sin embargo, la pieza presentada por el Observatorio Político Dominicano (OPD) aclara que en casos como el de Perú el Gobierno tuvo que comprar tabletas adicionales para satisfacer la necesidad del estudiantado que no tenía acceso a estas herramientas, realizando contratos millonarios para tales fines.
En el caso dominicano, otro elemento del debate es si se encuentra el Estado en capacidad de asumir el costo tanto de la compra de estos dispositivos como de la conexión a internet de los aproximadamente 2.1 millones de estudiantes matriculados para este nuevo año escolar, apunta el informe del OPD-FUNGLODE.