Héctor Gómez | Kelvin de la Cruz
Estoy consciente que MLB, como los demás deportes de alta competición, son un negocio y, como tal, sus equipos toman las decisiones que entiendan pertinentes en un momento determinado.
No obstante, entiendo que una figura de la estatura de Albert Pujols merecía un trato más elegante.
Se muy bien que su rendimiento, como es natural, ha bajado de una manera muy notable desde que llegó a los Angelinos de Anaheim procedente de los Cardenales de San Luis, donde tuvo los mejores primeros 11 años de jugador alguno en la historia de las Grandes Ligas.
Reitero, lo que critico es la manera poco elegante en que a un futuro inmortal del Salón de la Fama se le ha tratado.
Entiendo que la organización debió tener más tacto al manejar el caso de este extraordinario y ejemplar jugador, que nos llena de orgullo a todos los que compartimos nacionalidad con él.
Qué tan difícil le resultaba a los Angelinos esperar que terminara la temporada para tomar esta decisión que, entiendo, ellos están en el derecho de tomarla, pero, en el caso de una personalidad de la estatura de Albert Pujols, tanto dentro como fuera del terreno de juego, debieron cuidar las formas y preservar la figura de un paradigma a seguir en toda la extensión de la palabra y no forzar un eventual retiro, por la puerta de atrás, de este icónico jugador y gran ser humano…
Albert Pujols no se merecía ese trato. Se debió respetar su legado, trascendencia y aportes al béisbol y a la sociedad.
Quisiera creer que sea el propio Albert Pujols que haya pedido que lo dejaran en libertad…
