Foto: Mario Bautista
Es el 4 de Octubre del 2013, en el legendario Staples Center de Los Ángeles para el juego final de la temporada. Ante 10,000 espectadores en el estadio, y 32 millones de espectadores a través de ESPN3 y plataformas digitales como YouTube y Twitch.tv, compiten los 10 jugadores finales. En este caso, no son los Lakers de los Ángeles contra los Celtics de Boston, son SKT T1 contra The Royal Club en la final de temporada de la liga profesional del videojuego: League of Legends.
Bienvenidos a la nueva era.
Para nadie es un secreto que las nuevas generaciones de jóvenes no solo están pasando más tiempo frente a sus consolas de videojuegos, sino también pasan su tiempo consumiendo contenido referente a los videojuegos, ya sean tutoriales, videos de cómo mejorar su técnica, viendo a los profesionales jugar, etc. con la finalidad de no solo divertirse, sino con el sueño de llegar a ser un “pro”.
En los últimos años, los videojuegos han empezado su ascenso de pasatiempo a ser considerado por muchos como el deporte de la nueva era: E-Sport, por su significado en inglés Electronic Sports. Equipos e individuos batallan en ligas profesionales, dentro de estadios repletos de fanáticos de todas edades en videoconsolas, computadoras y móviles para dominar a sus contrincantes con el fin de alzar la tan deseada copa del triunfador.
En el corto tiempo en el cual existen ligas profesionales de videojuegos, se ha visto un crecimiento avasallante, el cual según un estudio de la universidad de Syracuse, en el año 2020 en los Estados Unidos los ESports tendrán más espectadores que todos los deportes tradicionales excepto la NFL.
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Esto no solo representa una alza en la venta de videojuegos pero trae consigo varias industrias que generan billones de dólares al año. Desde patrocinadores de todo tipo de marcas, hasta contratos multimillonarios de transmisión, venta de toda parafernalia deportiva hasta el mercado de las apuestas.
En algunos países, como es el caso de Corea del sur, los videojuegos y sus profesionales son considerado un deporte de igual magnitud e importancia que cualquier otro. Tienen sus ligas, regulaciones, pabellones de entrenamiento, clases; tienen sus propios canales de televisión, inclusive tienen un departamento en el Ministerio de Cultura dedicado explícitamente para la regulación y el fomento del videojuego como profesión: The Korean E-Sports Association.
En la República Dominicana, al igual que en muchas otras culturas, los videojuegos aun traen el estigma de ser una pérdida de tiempo para niños. ¿Será que este tabú se acabará cuando las marcas importantes del país vean el potencial monetario y el alcance que tiene esta industria con la juventud y decidan patrocinar este tipo de eventos, individuos o equipos?
La juventud dominicana ya se ha hecho sentir en el mundo de los videojuegos competitivos, a través de las manos de varios jugadores profesionales. En especial el caso del joven Saúl Leonardo Mena, conocido como MenaRD, quien es el primer Pro Gamer Dominicano con una Firma Internacional.
El campeón de la Capcom Cup 2017 en el Juego Street Fighter V, MenaRD, tuvo que competir contra los mejores jugadores del mundo y salió victorioso. Después del campeonato, el joven ha seguido su carrera profesional jugando en escenarios internacionales con poco eco de la prensa nacional. Aunque se le ha visto participar en varios torneos en el país, con uno que otro patrocinador, aun falta más apoyo de parte de las marcas importantes y del país en general.
Aun así, esté lista o no la República Dominicana para la nueva modalidad de los deportes, la juventud dominicana seguirá adaptándose a la era 2.0
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