Esmerarda Montero | Foto: Kelvin de la Cruz.
La docencia es sin lugar a dudas una de mis grandes pasiones, una oportunidad para aprender a diario y para hacer de los conocimientos algo productivo más allá de mí misma, un docente con pasión y amor por la enseñanza es un ente inspirador y una guía cuando la sociedad se vuelve convulsa.
El aprendizaje que se produce en las aulas, ya sean estás físicas o virtuales, es un estímulo que funciona en doble vía, en este articulo te comparto algunos trucos para conectar con tus alumnos y hacer más eficiente el proceso de enseñanza aprendizaje.
Escuchar de manera activa, no solo las opiniones de los estudiantes respecto a temas puntuales de los contenidos impartidos, sino retroalimentarse en cada sesión sobre qué aspectos puedes seguir reforzando y como se recibe lo vivido en la clase, es sumamente enriquecedor, crea confianza con tu alumnado y te ayuda a identificar tópicos para sumar a tu programa. Además, al sentir que de alguna forma construyen el curso junto a ti su interés crecerá.
No olvides el estatus profesional y laboral de tu público, uno de los puntos fundamentales cuando se ejerce docencia a nivel de posgrado, es partir de que estás tratando con profesionales en busca de especialización dentro de su sector, tu programa de clases debe tener un valor añadido, debe ser coherente para evitar repeticiones con cosas que quizás ya conozcan al detalle, hay que procurar que los contenidos consigan profundizar en lo que ya manejan y sumar actualización con tópicos relevantes para su ejercicio.
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No monopolices el uso de la palabra, cuando das participación a tus alumnos tienes la oportunidad de escuchar sus vivencias, puedes descubrir cosas nuevas sobre las mismas operaciones que ellos desarrollan a diario y esto te puede servir de ejemplo cercano y familiar para introducir conceptos, además la docencia nunca será un proceso unilateral, asume con humildad que tus alumnos pueden enseñarte cosas útiles.
Cuida el clima del aula, el espacio común que construimos debe ser lúdico, respetuoso y productivo, procura que las sesiones no sean demasiado exhaustivas, introduce dinamismo en la forma en que brindas tus contenidos, inicia siempre con un tema que rompa el hielo y ve introduciendo los temas de forma gradual, por igual, intenta ir bajando el ritmo al final para tener un cierre ameno.
Se transparente con los métodos de evaluación y retroalimenta, estos dos puntos son fundamentales si quieres tener un proceso exitoso y evitar malos entendidos, haz a tus alumnos parte del proceso, exponles los métodos de evaluación, deja claro desde el principio que esperas de ese viaje maravilloso que se gesta al impartir un programa bien planificado e intuitivo y ellos te responderán positivamente.
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