La Embajada de la República Dominicana en España recordó este sábado el 30 aniversario del asesinato de Lucrecia Pérez, conocido como el “primer crimen de odio en España” y que supuso un punto de partida para la lucha de los derechos de los inmigrantes en el país.
Lucrecia Pérez nació en Barahona (República Dominicana) en 1959 y había emigrado a Madrid en 1992 para buscar una mejor vida para su familia, cuando la noche del 13 de noviembre de ese año fue asesinada por el guardia civil Luis Merino acompañado de tres menores vinculados a grupos neonazis.
El embajador dominicano en España, Juan Bolívar Díaz, aseguró en el acto en Madrid que Lucrecia “pagó caro por todos los inmigrantes que le habían antecedido” y se convirtió en “la mártir de la diáspora dominicana y latinoamericana”, pues abrió paso a un cambio en la sociedad española que "aprendió a ver inmigrantes negros y pobres”.
“Aun así, todavía hay pequeños grupos que insisten en tratar de desmerecer el trabajo de los inmigrantes y de los latinoamericanos que han venido a España. En el fondo son ignorantes, porque ignoran que España mandó durante cinco siglos millones de sus hijos a América y que son responsables de una cultura y unas relaciones entre América y Europa que son una realidad indiscutible”, remarcó.
La “sangre de Lucrecia”, apuntó Bolívar Díaz, generó una etapa de “consagración de oportunidades” que han influido en la nacionalización de cientos de miles de inmigrantes de toda América Latina, del este europeo, África y Asia, con unos 115.000 ciudadanos de República Dominicana que “han recibido la nacionalidad española” y otros 75.000 el permiso de residencia.
Durante el acto se llevó a cabo un diálogo sobre el balance de la migración, sus desafíos y avances, en el que participó el teólogo español Juan José Tamayo, quien recordó el asesinato de Lucrecia Pérez como su “despertar de conciencia hacia el reconocimiento y acogida de inmigrantes", especialmente de las “mujeres dominicanas”.
“Este crimen fue la mejor demostración de que los discursos de odio, xenófobos, racistas y sexistas fomentados por la extrema derecha, en alianza con los grupos religiosos integristas y basados en ‘fake news’, desembocan en delitos y las más castigadas son las mujeres, como demuestra el incremento de los feminicidios, que treinta años después no se han reducido”, reflexionó.
En el homenaje, celebrado en la sede del sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), se hizo entrega de unos reconocimientos a asociaciones y personas que estuvieron comprometidas con el caso de Lucrecia Pérez y con inmigrantes dominicanos, además de un agradecimiento especial a Kenia Carvajal, hija de Lucrecia, quien asistió al acto.
La periodista y poeta dominicana Marielys Duluc recitó su poema “Ay, Lucrecia” y la cantante Vianka Ramos interpretó las canciones “La tierra escrita” y “Canción para Lucrecia”.