Por Javier Herrero
Más de medio siglo de música de éxito y 74 años de vida adornan a Elton John, pero no estaba todo dicho en una carrera que, cuando parecía tocar a su fin (anunció su retirada de los escenarios), ha realizado su enésima conquista, la de la generación Z, que lo ha devuelto al número 1 con su último disco.
Hasta la irrupción de "Easy On Me" de Adele, allí en lo más alto de la lista británica gobernaba hasta hace unos días su "Cold Heart", grabado junto a la omnipresente Dua Lipa y concebido como una reinterpretación bailable con el DJ y productor PNAU de su éxito de finales de los años 80 "Sacrifice".
Como esa canción, rediviva a través del tiempo, el artista nacido Reginald Kenneth Dwigh (Middlesex, 1947) ha sabido mantenerse conectado con los tiempos desde su primer éxito con "Your Song" en 1970, ya fuese en alianza con talentos como el de su inseparable letrista Bernie Taupin desde los orígenes o con jugadas maestras más allá de lo musical (como "Rocketman", su reciente "biopic" de 2018).
Ganador de cinco premios Grammy y otros tantos Brit, además de dos Globos de Oro y dos Óscar, los primeros años 70 fueron su lanzadera prendiendo fuego a su piano con baladas como "Candle In the Wind", clásicos rock como "Bennie And The Jets" o éxitos para la pista de baile como "Don’t Go Breaking My Heart".
Cada vez que su llama parecía flaquear, el británico acertaba con un nuevo trallazo, como "I’m Still Standing" en los años 80, cuyo título ya era toda una declaración de intenciones, o su versión en los 90 de "Don’t Let The Sun Go Down On Me" con George Michael.
Esos años fueron además los de la BSO de "El Rey León" y, una vez más, demostró que sabía adaptar su repertorio a los acontecimientos cuando transformó "Candle In The Wind" en un epitafio para su amiga Lady Di y, de segundas, en el sencillo de mayor éxito de todos los tiempos.
Sus canciones no dejaron de sonar para la nueva generación milenial gracias a aliados como la "boy band" Blue, que reinterpretó a su lado "Sorry Seems To Be The Hardest Word", mientras "Your Song" se revitalizaba como parte de la BSO de "Moulin Rouge".
Más recientemente, tanto "Rocketman" como su alizanza con Lady Gaga en el tema "Sine From Above" le volvieron a poner en el candelero, aunque hacía cerca de 20 años que no conseguía un número 1 en su país, desde la remezcla de Ashley Beedle de su tema de los años 70 "Are You Ready For Love", por lo que esta reconquista del espacio musical es todo un hito.
Todo cabe en "The Lockdown Sessions" (Universal Music), título de este último álbum en el que ha concitado una abrumadora nómina de aliados tan intergeneracional como su propia trayectoria, de Stevie Nicks y Stevie Wonder a Miley Cyrus y Young Thug, pasando por Eddie Vedder, Gorillaz, Nicki Minaj o la citada Dua Lipa.
Junto a ellos traba aproximaciones a la música soul, al "country" melódico (junto a artistas como Brandi Carlile), al rock (versión a piano de "Nothing Else Matters" de Metallica mediante) y a la música disco, una mezcla tan bizarra que en cualquier otro artista habría resultado incongruente, pero no en él.
En ese abanico está representado su perfil de adalid de la causa LGTBQ+, con invitaciones a Rina Sawayama (para cantar "a la familia que uno elige" en una reivindicación de la balada hiperedulcorada de los 90) o a Olly Alexander, el cantante de Years And Years, rehaciendo (de nuevo) el himno gay de Pet Shop Boys que este interpretó para la serie "It’s a Sin" sobre la lacra del sida.
En esa línea nadie mejor para recoger su testigo que Lil Nas X, otro de los colaboradores, quien viene de escandalizar a los sectores más conservadores con su visibilización de la sexualidad y la estética no heteronormativa. Y así, Elton John se apunta otro tanto junto a un icono más de la Generación Z.
"En general, el juego estilístico de girar la botella en 'The Lockdown Sessions' se siente en sintonía con el mundo de Spotify más allá de los géneros de 2021, mientras Elton continúa avanzando en su universo musical", ha escrito del álbum un medio como New Musical Express.
Incluso en una crítica menos apasionada como la de Rolling Stone, se coincide en que "incluso si este proyecto probablemente no dará nuevas aportaciones al gran canon de las canciones clásicas de Elton, sigue siendo un brillante testimonio de su perdurable seriedad pop".
Sea como fuere, ha sido una sorpresa fruto del parón de la pandemia, que frenó en seco la que debía ser su gira de despedida (que retomará en 2022) y prueba una vez más que nunca hay que bajar la guardia con Elton John. El 'Rocketman' sigue en pie.