Exprocurador Alberto Javier Morales Vargas I Foto: @PGE_Bolivia
El procurador general del Estado de Bolivia, Alberto Morales, dejó este jueves el cargo, tan solo 18 días después de haber tomado posesión, tras una objeción de la Asamblea Legislativa (Parlamento) por haber participado en un proceso en contra del Estado.
La Procuraduría General del Estado informó en un comunicado que en esta jornada tomó conocimiento de la resolución de la Asamblea Legislativa, con mayoría del Movimiento Al Socialismo (MAS) del expresidente Evo Morales, que resuelve objetar su designación y que debe "cesar inmediatamente sus funciones".
La objeción se debe al incumplimiento de un requisito, ya que el ahora exprocurador representó un caso en contra de la Autoridad Regional de Impugnación Tributaria del departamento de Cochabamba en 2015.
Alberto Morales se posesionó el pasado 22 de septiembre en reemplazo de José María Cabrera y de manera interina ejercerá las funciones el subprocurador de Defensa y Representación Legal del Estado, Alejandro Roda, según el boletín.
Esta objeción del Parlamento se da luego de que el exprocurador presentó un informe de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) que señalaba que se evidenciaban "movimientos económicos irregulares" y "sin justificación" en las cuentas bancarias del exministro y candidato a la presidencia del MAS, Luis Arce, primero en los sondeos para las elecciones del 18 de octubre.
Luego de presentar este informe, el Gobierno interino de Jeanine Áñez anunció que presentará una denuncia en contra de Arce, su esposa y una secretaria ante la Fiscalía boliviana por los supuestos delitos de beneficio en razón del cargo, uso indebido de influencias y enriquecimiento ilícito.
El informe de la UIF detectó movimientos sospechosos de dinero de los tres investigados, sin que se constate su origen, entre cuentas particulares, por parte de funcionarios del Ministerio de Economía, de entidades estatales y de empresas privadas, por cantidades elevadas de miles de bolivianos y de dólares.
El MAS ha calificado este tipo de denuncias como intentos de restarle votos, ante una victoria en las urnas que ve segura.
Alberto Morales había llegado al cargo tras ser cesado su predecesor, José María Cabrera, por diferencias con el Gobierno transitorio.
Cabrera demoró el relevo hasta que su sucesor fue formalmente posesionado, argumentado que hasta ese momento no dejaba su despacho aunque se hubiera anunciado su cese.
