Por Alfonso Fernández
El proyecto presupuestario para el año fiscal 2020 del presidente estadounidense, Donald Trump, profundiza en sus prioridades políticas: más gasto en Defensa, agudos recortes en programas sociales, como Medicare, y más dinero para el controvertido muro en la frontera con México.
El plan, bautizado como "Presupuesto para unos Estados Unidos Mejores", apuesta por un recorte del 5 % en el gasto general federal, lo que supone 2,7 billones de dólares en los próximos 10 años, y del que queda exenta la partida militar.
Entre los programas que verían reducidos sus fondos figura el Medicare, el sistema de sanidad para la tercera edad, que incluiría una rebaja de 845.000 millones de dólares en la próxima década; y una reforma del Medicaid, diseñado para los ciudadanos con menores ingresos.
También se verán afectadas gran parte de las agencias federales, que sufrirían recortes en sus partidas, como la Agencia de Protección Medioambiental (un 31 %) y el Departamento de Educación (un 10 %).
"No se trata de que los estadounidenses paguen demasiados pocos impuestos, se trata de que Washington gasta demasiado", explicó un alto funcionario de la Casa Blanca en una rueda de prensa telefónica para desvelar el nuevo plan para el año fiscal 2020, que arranca en octubre de este año.
Por contra, Defensa es la única categoría que ve incrementados sus fondos hasta los 750.000 millones de dólares, un 4,7 % más que el pasado año.
En un comunicado, Russell Vought, director interino de la Oficina de Presupuesto y Gestión de la Casa Blanca, remarcó que la idea "es invertir en prioridades nacionales a la vez que restringir el gasto para dar a los contribuyentes el mejor valor por cada dólar de impuestos".
Asimismo, prometió reducir progresivamente los abultados déficit presupuestarios, que se prevé que superen el billón de dólares en los próximos dos años, hasta equilibrar las cuentas públicas en 2034.
Trump insiste también en su polémico muro fronterizo, al solicitar 8.600 millones de dólares adicionales para su construcción, de los que 5.000 saldrían del presupuesto del Departamento de Seguridad Nacional, mientras que los otros 3.600 millones restantes procederían del Departamento de Defensa.
Este proyecto es más una declaración de prioridades que un verdadero plan presupuestario, ya que apenas cuenta con posibilidades de salir adelante ante un Congreso dividido, donde los republicanos controlan el Senado y los demócratas la Cámara de Representantes.
Este dibujo de prioridades, sin embargo, sirve al mandatario para remarcar sus intenciones políticas de cara a la campaña electoral para las presidenciales del próximo año.
Los demócratas ya han cargado contra el plan de Trump, y han mostrado su rechazo frontal.
"El plan presupuestario dado a conocer esta mañana refleja la separación de la realidad de la Administración de Trump", dijo el "número dos" de los demócratas en la Cámara Baja, Steny H. Hoyer, en un comunicado.
En una línea similar se expresó el senador Bernie Sanders, que ya ha lanzado su campaña para lograr la candidatura presidencial demócrata en 2020, quien alertó de que "es un presupuesto para el complejo industrial militar, para los ejecutivos de Wall Street y los millonarios".
"No necesitamos miles de millones de dólares para un muro que nadie quiere. Queremos uno que funcione para todos los estadounidenses, no solo para Donald Trump y sus multimillonarios amigos en Mar-A-Lago", dijo Sanders en referencia a la lujosa residencia privada del mandatario en el sur de Florida.
El plan se basa en unas proyecciones económicas optimistas, con un crecimiento estimado del 3,2 % este año y del 3,1 % en 2020.
El primer cálculo oficial de actividad económica en 2018 situó la tasa de expansión en el 2,9 %.
Estas estimaciones contrastan con las de la Reserva Federal (Fed), el banco central de EE.UU., que prevé una progresiva ralentización económica del crecimiento para este año hasta el 2,3 % y del 2 % para 2020.