El Pentágono anunció este lunes que lanzó una investigación "a fondo" y de 45 días de sus sistemas de seguridad, tras haber sufrido una de las mayores filtraciones de documentos en una década.
La viceportavoz del Departamento de Defensa de EE.UU., Sabrina Singh, dijo en una rueda de prensa que el titular del departamento, Lloyd Austin, encargó esa labor al subsecretario de Defensa para Inteligencia y Seguridad, Ronald Moultrie, junto a otros responsables.
Pasado el plazo de 45 días, los investigadores tendrán que informar de sus hallazgos iniciales y de sus recomendaciones a Austin para "mejorar" las políticas del Pentágono y los procedimientos en lo que respecta a la protección de la información clasificada.
Singh agregó que el Departamento de Defensa está trabajando con el de Justicia en las pesquisas.
Parte de esa indagación consiste en averiguar quién tiene acceso a "información delicada" tanto dentro del Pentágono como en sus instalaciones en todo el mundo, indicó la viceportavoz, quien destacó que EE.UU. también está abordando este asunto con sus aliados y socios internacionales.
"Lo llevamos haciendo desde la semana pasada. Tanto el secretario como el jefe (del Estado Mayor Conjunto) y otros responsables en este edificio (el Pentágono) se han puesto en contacto con sus homólogos en todo el mundo", apuntó.
Detalló que Austin ha hablado de la filtración con su homólogo ucraniano, Oleksii Reznikov, y que lo hará este lunes con el titular de Defensa británico, Ben Wallace, así como el resto de aliados europeos en la reunión del grupo de contacto sobre Ucrania de finales de esta semana en Alemania.
Decenas de documentos clasificados del Departamento de Defensa de EE.UU. se han filtrado y han aparecido publicados en internet, con datos que iban dirigidos a responsables de Inteligencia y militares sobre el espionaje estadounidense a sus aliados y las perspectivas de la guerra en Ucrania, entre otros.
Singh no descartó que puedan salir a la luz más documentos clasificados de los ya publicados en internet.
El viernes pasado, el principal sospechoso de la filtración, Jack Teixeira, un joven miembro de la Guardia Nacional (un cuerpo militar en la reserva) que trabajaba en una base aérea en Massachusetts (EE.UU.), fue imputado por delitos de transmisión y extracción de información clasificada.