"Sigo con gran preocupación la situación en Afganistán y comparto el sufrimiento de los que lloran por las personas que han perdido la vida en los ataques suicidas del pasado jueves y los que buscan ayuda y protección", dijo Francisco al concluir desde la plaza de San Pedro el rezo dominical del ángelus.
El papa agradeció "a todos los que están ayudando a la población afgana duramente afectada, sobre todo a las mujeres y niños" y pidió entonces "que se continúe asistiendo a los necesitados" y rezó para que "el diálogo ayude a la sociedad a una convivencia pacífica y ofrezca esperanza para el futuro del país".
Entonces realizó un llamamiento a todos los cristianos "a intensificar la oración y a practicar el ayuno" por Afganistán.
"Oración y penitencia. Es el momento de hacerlo. Estoy hablando en serio. Intensificar la oración y el ayuno pidiendo al señor misericordia y perdón", agregó.
El pasado 15 de agosto, el pontífice también volvió a pedir que se abra un dialogo para que la población pueda volver a vivir en paz.