El papa Francisco clamó este viernes contra la violencia que aún existe contra los inmigrantes, los niños y las mujeres, durante el discurso a la Curia en ocasión de la felicitación de las fiestas navideñas.
Francisco habló de las varias "aflicciones" de este año y recordó la lacra de los abusos de menores, las infidelidades en el seno de la Iglesia y la violencia contra los más débiles.
"Cuántos inmigrantes -obligados a abandonar sus países de origen y arriesgar sus vidas- hallan la muerte, o sobreviven pero se encuentran con las puertas cerradas y sus hermanos de humanidad entregados a las conquistas políticas y de poder", dijo en su discurso ante la jerarquía eclesial.
Y recordó: "cuántas personas y cuántos niños mueren cada día por la falta de agua, alimentos y medicinas. Cuánta pobreza y miseria. Cuánta violencia contra los débiles y contra las mujeres".
"Cuántos escenarios de guerras, declaradas y no declaradas. Cuánta sangre inocente se derrama cada día. Cuánta inhumanidad y brutalidad nos rodean por todas partes. Cuántas personas son sistemáticamente torturadas todavía hoy en las comisarías de policía, en las cárceles y en los campos de refugiados en diferentes lugares del mundo", añadió.
También recordó que "los cristianos, en tantas partes del mundo, viven todavía hoy bajo el peso de la persecución, la marginación, la discriminación y la injusticia y que sin embargo, siguen abrazando valientemente la muerte para no negar a Cristo".
Ante todo ello, destacó "el ejemplo heroico de los mártires y de numerosos buenos samaritanos, es decir, de los jóvenes, de las familias, de los movimientos caritativos y de voluntariado"
Que, agregó, "no nos hace olvidar, sin embargo, el antitestimonio y los escándalos de algunos hijos y ministros de la Iglesia".