El papa Francisco lanzó hoy un llamamiento para poner fin al flagelo del trabajo infantil, que ha aumentado aún más durante la pandemia de la COVID-19, tras celebrar la audiencia general en la biblioteca del palacio apostólico.
Francisco recordó que el próximo viernes se celebra el día de la jornada mundial contra el trabajo infantil y afirmó que "es un fenómeno que priva a los niños y niñas de su infancia y pone en peligro su desarrollo integral" y que "en muchos casos son formas de esclavitud y reclusión con consecuencias físicas y psicológicas".
"En la situación actual sanitaria de emergencia, en muchos países muchos niños y jóvenes se ven obligados a trabajar de manera inadecuada para su edad, para ayudar a sus familias en condiciones de extrema pobreza", denunció también el papa.
El pontífice instó a las instituciones "para que pongan en práctica todos los esfuerzos posibles para proteger a los menores, llenando los vacíos económicos y sociales que subyacen a la dinámica distorsionada en la que desafortunadamente están involucrados".
"Los niños son el futuro de la familia humana: ¡Todos tenemos la tarea de promover su crecimiento, salud y serenidad!", agregó.
Y aseguró que: "Todos somos responsables de ello".
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), unos 150 millones de niños de entre 5 y 14 años de todo el mundo son obligados a trabajar.