El papa emérito Benedicto XVI celebró hoy su 93 cumpleaños sin visitas debido a las medidas de precaución sobre el contagio de coronavirus y rezando por los enfermos de la pandemia de la COVID-19.
"Una fiesta sin visitas por la pandemia, pero rodeada de afecto y oraciones con un pensamiento especial por las víctimas del coronavirus", explicó su histórico secretario Georg Gänswein a los medios italianos.
Sin embargo, continuó el secretario particular de Joseph Ratzinger, "ha recibido numerosas llamadas telefónicas en estas horas, en particular del hermano Georg (96 años)", que en otras ocasiones solía visitar a su hermano en el monasterio en el interior del Vaticano donde vive el papa emérito tras su renuncia en febrero de 2013.
"Son muchos también los mensajes de saludo que están llegando por correo y correo electrónico", explicó Gänswein, también prefecto de la Casa Pontificia.
Aseguró que Benedicto XVI está constantemente informado de la evolución de la pandemia y reza diariamente por los enfermos y los que sufren a causa del virus.
"También se ha visto particularmente afectado por los numerosos sacerdotes, médicos y enfermeras que han muerto, especialmente en el norte de Italia, en el desempeño de su servicio a los pacientes del coronavirus", explicó Gänswein, quien añadió que el papa emérito "participa en este dolor", sigue "con preocupación" pero "no deja que le roben la esperanza".
Como siempre su jornada comenzó con la misa en la capilla del monasterio Mater Ecclesiae, donde reside, seguida de momentos de oración y lecturas, pero también con otros dedicados a los cantos típicos de Baviera, la patria de Benedicto XVI, explicó.
El papa emérito recibió esta mañana como regalo una voluminosa biografía escrita por el periodista alemán Peter Seewald, que se publicará el próximo 4 de mayo
Al principio, dijo Gänswein, "Seewald tenía la intención de presentarlo en persona al papa emérito en estos días. Pero la pandemia no lo hizo imposible".
Tampoco el papa Francisco que solía visitar a Benedicto XVI en esta ocasión pudo saludarlo.
En otros cumpleaños además de su hermano Georg acudía desde su Baviera natal una representación de esta región, que le llevaba cerveza y tocaba música tradicional.
En esa residencia a donde se trasladó tras su renuncia le acompañan su secretario personal y cuatro mujeres laicas de Comunión y Liberación.