El Gobierno brasileño anunció que congeló otros 5.372 millones de dólares (unos 1.370 millones de dólares) del presupuesto de este año, que se suman a los cerca de 30.000 millones de reales (unos 7.700 millones de dólares) bloqueados la semana pasada.
La suma total de recursos congelados se elevó así hasta alrededor de 36.000 millones de reales (unos 9.200 millones de dólares) con el objetivo de no poner en riesgo la meta de déficit fiscal impuesta para 2019.
Las áreas más afectadas por el bloqueo fueron las de Educación, con un corte de 5.840 millones de reales (unos 1.500 millones de dólares), Defensa (5.108 millones de reales o unos 1.300 millones de dólares) e Infraestructura (4.303 millones de reales o 1.100 millones de dólares).
El Ejecutivo también paralizó casi 3.000 millones de reales (unos 765 millones de dólares) previstos inicialmente para las denominadas "enmiendas parlamentarias", que es un dinero reservado en los presupuestos para iniciativas que propongan los legisladores.
El equipo económico del Gobierno aclaró que trabajará a lo largo del año para liberar ese montante a fin de que los diferentes ministerios y parlamentarios puedan hacer uso de los mismos, si bien dependerá de la evolución de los gastos e ingresos del Estado.
El valor bloqueado responde a una revisión a la baja de los ingresos que obtendrá el Estado a lo largo de 2019 y para no sobrepasar el techo de gastos de este año, que alcanza los 139.000 millones de reales (35.500 millones de dólares).
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De esta forma, el Ministerio de Economía excluyó los 12.200 millones de reales (unos 3.100 millones de dólares) que pretendía embolsarse con la privatización de Eletrobras, la mayor empresa de energía del país, y también redujo el valor de sus ingresos por la explotación de recursos naturales ante la variación del precio del petróleo.
Brasil aún se recupera de la profunda recesión vivida entre 2015 y 2016, periodo en el que el producto interno bruto (PIB) cayó 7 puntos porcentuales, y de la que comenzó a recuperarse en 2017 y 2018, con leves avances del 1,1 % para cada año.
El Banco Central de Brasil prevé un crecimiento del 2,0 % para este 2019, un pronóstico más pesimista que el 2,2 % proyectado por el Gobierno.
Bolsonaro pretende impulsar definitivamente el crecimiento de Brasil y reducir el abultado y crónico déficit fiscal por medio de un plan basado en reformas profundas, entre ellas la del sistema de pensiones, y un amplio plan de privatizaciones y concesiones, que coordina el ministro de Economía, Paulo Guedes.