Esta Semana Santa, Nelson García volvió a vestir sus pañuelos multicolores y salió a las calles a mover la cintura a ritmo de gagá. Así lo ha hecho siempre desde hace 42 años ininterrumpidos.
Mantequilla, como lo conocen en Sabana Grande de Boyá, narra que dormía en una camita sándwich en la casa de su madre cuando a medianoche una voz le dijo en sueño que tenía que bailar gagá.
Al día siguiente el misterio que le había insistido en el llamado lo dirigió hacia el lugar de donde provenía la música de bambúes, maracas y tambores para ser iniciado como mayó (bailador de gagá).
Era un inquieto adolescente de 15 años el día en que se presentó a la enramada donde se encontraba la mesa dedicado a los luases en un patio del Triple Enriquillo, el paraje cañero de Monte Plata donde se crió.
Una vez allí, dos hombres lo sentaron en una silla en forma de trono, le ataron pañuelos de múltiples colores, cubrieron su cuerpo con una sábana blanca, lo levantaron, y tras varias vueltas a la columna del centro de la enramada, lo dirigieron hasta el altar, donde juró a los luases bailar con ellos cada Semana Santa durante al menos por siete años seguidos. Desde entonces ha renovado su voto en varias ocasiones.
“Un ser me jaló y tuve que ir al otro día a la práctica y meterme así, sin saber. Como pariguayo empecé a bailar; usted sabe cómo es, nadie nació sabiendo”, dice ahora el avezado bailador, que ha movido los pañuelos sobre su cintura durante 42 años, desfilando por los más populares enclaves de esta manifestación en la República Dominicana.

Bailadores de gagá en Bayaguana, municipio de Monte Plata| Foto: Randy Laucel
El ingenio importó el gagá
Según el sociólogo Roldán Mármol y otros investigadores, el gagá llegó a la República Dominicana desde Haití durante el siglo pasado en medio del apogeo de la industria cañera, aunque tiene sus orígenes en África.
"El gagá es una manifestación musical y danzaria también con un componente religioso muy importante que se realiza durante el periodo de Semana Santa, es su celebración esencial. Aunque se toma en otros periodos del año, su periodo principal es durante Semana Santa", explica Mármol.
Los ingenios azucareros que operaban entonces trajeron a muchos trabajadores desde el país occidental de la isla, quienes cargaron también con sus tradiciones y las compartieron con los jornaleros dominicanos en los bateyes, donde fueron asentados.
Fue así como Mantequilla, dominicano e hijo de dominicanos, asumió el gagá de manera natural, lejos del pensamiento de quienes expresan desprecio hacia a esa manifestación musical y danzaria que florece cada Semana Santa en la República Dominicana.
“Usted sabe que estamos todos ligados, la misma sangre".
Eso también explica, según Mármol, por qué las manifestaciones de gagá son más notorias en las provincias donde fue más fuerte la industria azucarera, como San Pedro de Macorís o La Romana, donde no solo se ha quedado en los bateyes, sino que incluso se pone de manifiesto en algunos barrios durante cada Semana Santa.
“Usted sabe que estamos todos ligados, la misma sangre. La República Dominicana es una nación ligada, no se puede romper la cadena. Hay haitianos que se casan con dominicanas y dominicanos que se casan con haitianas y tienen hijos”, argumenta en defensa de la promesa de fe que hizo a esa práctica religiosa, mezcla entre vudú y catolicismo.
Sin embargo, hay quienes consideran el gagá como una práctica exclusiva de los haitianos y sus descendientes afincados en la República Dominicana, y hay quienes incluso están dispuestos a prohibirlo en los espacios públicos de la nación.
Por ejemplo, practicantes del gagá en el municipio Montellano, Puerto Plata, denunciaron que agentes de la Policía Nacional lanzaron bombas lacrimógenas contra su desfile el pasado Domingo de Ramos en un intento por desarticular el desfile.

Bailador de gagá | Foto: Randy Laucel
Algo similar pasó en La Romana, durante la Semana Santa del pasado 2018, donde un grupo de líderes de las religiones predominantes en el país y activistas políticos intentaron prohibir la manifestación en lugares públicos fuera de los bateyes.
“Eso ha sido bien complicado, de hecho ha sido crítico en los últimos años. En 2018 hubo una situación de confrontación muy fuerte entre algunos gobernadores que estaban opuestos en algunas provincias, entonces el Ministerio de Cultura en ningún momento asumió su rol, porque es una institución que tiene que velar por la protección de los derechos culturales, donde está implicada la posibilidad de expresión de toda la diversidad”, expresa Mármol.
Dónde presenciar el gagá en semana Santa
La manifestación del gagá ya es costumbre en muchos zonas cañeras, pero también se puede disfrutar en algunas ciudades de la República Dominicana.
“El gagá se ha ido expandiendo de manera acelerada”, asegura Mármol
De acuerdo con Roldán Mármol hay "decenas y decenas de grupos" de gagá en el país, por lo que es fácil verlos manifestarse desde el jueves santo hasta el Domingo de Resurrección en las siguientes localidades:
- Monte Llano, Puerto Plata
- La Victoria y Mata Mamón, Santo Domingo Norte
- San Luis, San Isidro y Boca Chica, Santo Domingo Este
- Sabana Grande de Boyá, Monte Plata
- Haina, San Cristóbal
- Barahona
- Baní
- Consuelo, Quisqueya, Chicharrones, La 30 y Barrio Lindo, San Pedro de Macorís
- Cacata, La Ceja, Guaymate, Magdalena