Por Luis Ángel Reglero
Luis Arce, el candidato designado por Evo Morales para las elecciones de mayo a la Presidencia de Bolivia, fue recibido este martes con una citación judicial, para que declare en un caso de supuesta corrupción, nada más poner pie de regreso a su país para iniciar la campaña electoral de su partido.
La orden judicial despertó el temor en el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), de que se intente a través de los tribunales quitar de en medio al candidato que puede devolverles el poder en Bolivia.
UN RECIBIMIENTO POR TODO LO ALTO
Al poco de salir del avión procedente de Buenos Aires, el que fuera uno de los cargos más relevantes en los Gobiernos de Evo Morales se encontró en el aeropuerto boliviano de El Alto con personal de la Fiscalía General del Estado.
Antes de salir del aeropuerto, el exministro de Economía firmó el acuse de recibo de la citación para que comparezca este miércoles ante el Ministerio Público en La Paz, con la advertencia de que si no lo hace, la orden será entonces de aprehensión.
Arce es investigado junto a otras autoridades de la etapa de Morales en el poder por un supuesto desvío millonario de fondos públicos, por unos 143 millones de dólares, a fines distintos a los que estaban presupuestados para desarrollo indígena.
Como ministro de Economía, formaba parte del directorio de la entidad estatal Fondo Indígena.
Ajeno a la orden de una fiscal de La Paz, en el exterior del aeropuerto le esperaba un numeroso y colorido grupo de seguidores del MAS, que le paseó a hombros al grito de "Lucho, Lucho, Lucho".
Uno de ellos era David Choquehuanca, otros de los nombres de peso en los gobierno de Morales, en su caso como canciller, que forma como candidato a vicepresidente la dupla del MAS para los comicios del 3 de mayo.
Luciendo un collar de flores, ambos fueron jaleados entre globos con los colores de su partido y banderas como la multicolor whipala de pueblos originarios del occidente boliviano.
Luis Arce no hizo declaraciones a su llegada, por lo que se espera a lo que pueda decir si acude a la Fiscalía este miércoles.
"Gran y emotivo recibimiento en El Alto a nuestro futuro presidente de Bolivia, Luis Arce", lo describió en Twitter Evo Morales desde Argentina, donde ejerce de jefe de campaña del MAS.
LOS TEMORES EN SU PARTIDO
El recibimiento en El Alto dio paso en la vecina ciudad de La Paz a los temores entre dirigentes del MAS de que la orden para que declare su candidato sea el primer paso para apearle de la carrera electoral a través de los tribunales.
"Va a seguir siendo nuestro candidato, desde la cárcel o desde donde esté", advirtió contundente el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Choque.
El presidente denunció una persecución política a instancias del Gobierno interino de Jeanine Áñez, no solo contra Arce, sino contra cualquiera que cuestione su mandato transitorio.
Otra de las figuras destacadas del partido, la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, exigió una Justicia "imparcial y transparente" que no intente "entorpecer" la candidatura.
El Ejecutivo interino de Áñez mantiene que no hay orden de captura contra el candidato y puede ejercer libremente la tarea para la que regresa al país, conducir sobre el terreno al MAS hacia la cita con las urnas con Morales como jefe de campaña desde Argentina.
El candidato había denunciado el día antes todavía en Buenos Aires que su partido teme que la campaña electoral no sea limpia.
Luis Arce fue uno de los exministros que salió de Bolivia primero hacia México y luego a Argentina después de que Evo Morales renunciara el pasado noviembre y denunciara un golpe de Estado para acabar con su etapa de casi catorce años en el poder.
Sobre Morales pesa una orden de aprehensión si regresa, tras ser denunciado por el Gobierno transitorio con cargos como terrorismo y sedición.
AMBIENTE ELECTORAL
El proceso hacia la cita electoral de mayo transcurría sin sobresaltos en Bolivia hasta que el pasado viernes Áñez anunció que será candidata a la Presidencia, pese a que siempre había asegurado que solo estaría transitoriamente en el poder hasta que haya otro Gobierno tras las elecciones.
Ese día terminaba el plazo para inscribir alianzas y Áñez se puso al frente de la que encabeza su partido, Demócratas, lo que desató las mismas críticas que antes iban contra Morales por temor a que se perpetuara en el poder.
Incluso una ministra dimitió en claro desacuerdo con que se pueda separar la campaña electoral de la acción de gobierno como sostiene Áñez, quien este mismo martes presentó un nuevo Ejecutivo que califica de "transición" hacia los comicios.
Quedan más de tres meses para ir a las urnas, pero en Bolivia la sensación es que la campaña electoral ya está en plena intensidad.